Todavía sigue sin encontrar buen juego, ese que esperan Borghi y los hinchas, y que aportará Juan Román Riquelme, que antes del inicio del partido ingresó al campo de juego con su hijo Agustín, besó la camiseta y recibió la ovación de la gente. Detrás de él salió el equipo, con Martín Palermo a la cabeza. Y el equipo empezó bien, pero después se le despintaron las paredes y terminó mostrando toda su impotencia. Le falta juego a Boca. Las cosas habían empezado muy bien para Boca. Tocó Escudero, abrió para Méndez, no llegó Palermo, pero apareció Clemente Rodríguez por izquierda, que hacía su presentación en La Bombonera. Centro y golazo de Lucas Viatri. Iban 9 minutos y Boca arrasaba. Se acomodó Racing, de a poco. Con Claudio Yacob y Patricio Toranzo dominando el medio, manejando la pelota. Y Lugüercio buscando los espacios libres que deja, inevitablemente, esa línea de tres que intenta imponer Borghi con Cellay, Caruzzo e Insaurralde. Dejó de atacar el local, y también de controlar el balón. No rindió nuevamente Méndez como carrilero lo que puede rendir como volante central. Aunque Battaglia y Medel parecen complementarse bien, no le dan fútbol al equipo, no sale desde allí la creación necesaria para lastimar al rival. Entonces a Escudero la pelota no le llegó limpia, no tuvo opciones de pase con dos delanteros de área como Palermo y Viatri, y para Racing, recuperar la pelota se hizo fácil. Sin mucho, llegó al empate, a los 33. Tras una pelota parada de Giovanni Moreno desde la derecha, la desvió Licht en el primer palo, la pelota rebota en el poste derecho de Lucchetti y Yacob, en offside, empujó al gol y al 1-1. Desatenciones en el fondo, sin juego arriba: Boca sucumbió ante la practicidad y el orden de un Racing simple y sin brillo; pero inteligente. En el complemento apostó por la contra y en la primera que tuvo se puso 2-1. Parecía controlada la situación por Clemente Rodríguez tras una imprecisión de Giovanni Moreno. Pero el lateral, hoy carrilero, se enredó con la pelota y la dejó servida para que Marcos Cáceres, de zurda, le rompiera el arco a Lucchetti. Movió el banco Borghi, ante la clara falta de elaboración de juego de su equipo. Afuera Méndez, adentro Cañete; Escudero a la izquierda y Clemente a la derecha. No pasó nada, o poco. Después fue Pablo Mouche, por el Pichi, a los 20. El delantero supo desbordar, pero no asistir. Y los cuatro defensores de Racing rechazaron cada centro. Crecieron Cáceres, Aveldaño (se lo comió a Palermo), Matías Martínez y Cahais. Fue prudente Russo, cambió para ser más punzante en la contra: adentro Castromán y después Hauche. Lo tuvo el ex Boca, pero no pudo con Lucchetti. Mantuvo vivo a un Boca que empujó hasta el final, sin brújula ni ideas y que se entregó a la derrota, frustrado e impotente. El gol de Cáceres fue a los 4 minutos, y el local no pudo revertir el resultado ante su gente y ahora debe sumar sí o sí de a tres puntos la próxima fecha frente a All Boys si pretende seguir con chances en este campeonato y que no se le escape el tren de los de arriba. Y ya se encuentra bastante lejos.
PABLO CANDELARESI
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