0:00 EL REY DE COPAS SIGUE PERDIENDO PLEBISCITOS



Otra vez sopa. Dos de dos en esta temporada. El Rey de Copas sucumbe en las definiciones. Le pasó ante el Jubilo Iwata en tierras orientales, y esta vez, habiendo dado batalla hasta que las velas ardieron, no pudo torcer una serie ante un ciclotímico Internacional de Porto Alegre. Dos momentos claves sintetizan este partido de vuelta: los dos goles de Leandro Damiao en 4 minutos, y el penal dudoso que Larrionda cobró faltando poco para la definición.  
Mohamed había pergeñado algo que, hasta el cambio de timón que significaron los dos cachetazos de Leandro Damiao, había impuesto el pulso del accionar. Manejando el cómo jugar desde la cuantificación de sus hombres para desparramarse por todo lo ancho del sector céntrico, y marcar la pauta de su partido, ese que lo tenía juntando líneas para alejar al rival de la zona de peligro. Fredes e Iván Pérez  como guardaespaldas a los costados de la Brujita Pellerano, y con Ferreyra y Marco Pérez haciendo el carril para dejar sólo arriba a Facundo Parra.
Hasta la irrupción furiosa de Damiao, que tan sólo había sido un espectador privilegiado, el Rojo marcaba la pauta, el ritmo y cauterizaba a Inter. Pero, en cuestión de 4 minutos, el conjunto portoalegrense pasó del freezer a levantarse de la tumba como Lázaro. Primero a los 20’, Damiao se encerró contra la banda derecha, de espalda al arco y custodiado de cerca por Milito y el Malevo Ferreyra. Subestimaron al grandote, que sacó de la nada una cuchara para llevarse el balón y dejarlos francamente suspendidos en el tiempo, y casi sin ángulo y con el microclima de la definición adverso, metió el puntazo que se le escabulló con el pique incluido por entre los guantes a Hilario.
Y a los 24’, el 9 fue a pelear por lo alto con Milito –que mostró mucho romanticismo de otrora, pero sin correspondencia con su actualidad-, y con una soltura y mucha sencillez para la repentización, aprovechó el retardo del capitán para levantarse, y remató a Hilario de zurda, para demostrar que sabe con las dos.
Una estrategia armada para la pelea cuerpo a cuerpo, diseñado este equipo para destruir, pasaba de la calle Corrientes a baldear la vereda en ojotas y musculosa. El unipersonal de Leandro Damiao, que no personificaba ni encarnaba los inexpresivos argumentos montados por el conjunto interista. Inseguros Tuzzio y Milito en la última línea, Iván Pérez y Fredes no eran socios capitalistas de Pellerano en la recuperación. Independiente sentía la vulnerabilidad en los sectores en donde más énfasis había puesto en conservar, pero le ponía una fichita al flojo carácter del contrario.
Nomás de arranque, en el complemento, el espíritu del Rey de Copas fue otro. Cambió de esquema, arriesgando más por los costados con Vélez y Maxi Velázquez como volantes laterales, adelantó a Ferreyra y le dio amplitud al rango de movilidad al colombiano Pérez. Habían pasado casi 5 minutos, cuando en un avance confuso, Ferreyra se la llevó a los ponchazos dentro del área, y en el momento justo la interceptó Maxi Velázquez, que desde el punto del penal definió de derecha para descontar e igualar en el global.
Inter volvía a su cara apática de los primeros minutos del partido. Con D’Alessandro alejado de la línea del balón, tanto Nei como Kleber no escalar como de costumbre, porque eran bien tomados y contenidos desde que pisaban la mitad de cancha, y además trataban con alguna diagonal a ese espacio en la defensa, para tratar de contragolpear.
El gasto de energía de ambos, uno teniendo que luchar contra sus propias falencias y el otro por tratar de cauterizar las posibles reacciones, llevó al partido al campo de lo dramático, sin tanto pensamiento pero con más sentimiento, enjundia para ganarlo en la recta final. Hasta que, en una acción más que confusa y teñida de la interpretación y el golpe de vista, el juez Jorge Larrionda pitó penal tras considerar que Hilario Navarro, en su afán de poder llegar antes que Jo a un cruce dentro del área, se lo terminó llevando puesto. El lateral Kleber se encargó de marcar el gol que le termina dando la Recopa Sudamericana al conjunto brasilero.    




IVÁN ISOLANI