12:45 ACADEMIA DE PRINCIPIANTES



En los primeros años de la primaria está la Academia. Estudiando y debatiendo la estructura del plan estudiantil que vendrá. Sin brillo ni repentización para salirse de sus falencias y tratar de mostrar algo distinto. Flácido en la ofensiva, con todos delanteros cada vez menos emparentados con el gol y sí con las funciones robóticas del ida y vuelta que pide el entrenador. Mientras tanto, Simeone corre, gesticula y deambula persiguiendo la línea y ordenando a todos.
El Racing versión Simeone ganó en solidez defensiva, con los pulpos Jacob y Pelletieri por delante de la línea de cuatro defensores. Pero perdió frescura y variantes en la ofensiva, además de peso. Porque ni Pillud ni Licht hacen el pasaje a posiciones ofensivas ni se ofrecen a equilibrar el sector medio. Gio, intermitente en su andar, comienza disponible para todos sus compañeros y termina replegado en la ofensiva, lejos de la línea de la pelota.
San Martín buscó la lógica. Ver para luego creer en cómo actuar. Con recaudos a la hora de tomar al crack colombiano, la defensa pocas veces se desarmó para no permitir tampoco las corridas del pibe Viola y la siempre verticalidad del Demonio Hauche. Lugüercio pasó casi desapercibido con la pilcha de Teo, y terminó bajando más de lo debido hasta que salió reemplazado.
Situaciones hubo, y ambos merecieron al menos romper el 0. De no ser por las figuras excluyentes de la cancha, tanto Pocrnjic como el Chino Saja, que anduvieron de perillas para desarmar cualquier situación de peligro en su arco.
La Academia terminó más equilibrado que ofensivo. Así es el fútbol argentino, irregular, equilibrado. Y eso que los del Cholo pelean el torneo.




IVÁN ISOLANI