La final de la Champions esperaba por su segundo finalista luego que ayer el Bayern obtuviera su pase directo al Santiago Bernabeu, y en este caso el Inter de Milán será su rival. Se enfrentaron dos equipos con estilos muy pero muy opuestos, los italianos honraron el característico catenaccio que define al fútbol de su país y los catalanes quisieron mostrar nuevamente el juego de toques que los llevo a ser nombrados el mejor equipo del mundo.
Esta vez los españoles no pudieron hacer ver ese increíble juego con el balón a sus pies en el campo, muchos toques por los costados, idas y vueltas de la pelota, pero muy pocas veces con peligro de gol. Por el contrario los visitantes, plantearon un claro esquema de juego, dos líneas de 4 bien marcadas, que se instalaron mucho más cuando a los 30 del primer tiempo fue expulsado Motta, y sus dos delanteros que estaban más para marcar la salida de los laterales azul grana que para intentar buscar una chance de gol.
Dos de los mejores entrenadores del mundo se enfrentaron. Guardiola, que mantiene un claro ejemplo del estilo que le gusta a los hinchas del Barcelona, nunca cambió su manera de plantear el juego y esta vez fue superado por el excelente planteamiento que le impuso su par. Mourinho propuso defenderse y esperar bien atrás a su rival, bloqueando las posibles entradas al arco de los jugadores contrarios.
El primer tiempo terminó igualado a 0, sin grandes chances de gol para ninguno de los dos. En el segundo tiempo el Pep sacó a Milito y colocó al brasilero Maxwell en su lugar, buscando romper el esquema de su rival. También luego de 20 minutos de juego, sacó a su único referente de área, el sueco Ibrahimovich por Bojan, y se la jugó por buscar el toque del balón abriendo la cancha por los costados intentando desprender la dura defensa del equipo de Milán. El gol del barza llegó faltando muy pocos minutos de juego, con una jugada brillante de su defensor Piqué que logro derrumbar el arco rival. Luego en el tiempo de reposición el árbitro anula un legítimo gol a Bojan y el juego no dio para más.
Si alguien brilló en este juego de semifinal de Champions fue el técnico Mourinho, muy inteligente para este tipo de competencias y muy pícaro para sacar toda la presión posible a sus jugadores y convencerlos de hacer algo como jugar 90 minutos sin intentar atacar a su rival, lo que para muchos podría resultar imposible, pero que para el Inter fue suficiente para llegar a la gran final.
La pregunta que muchos se hacen siempre es ¿qué estilo de juego es el mejor? Y nadie lo podrá afirmar jamás con acierto, tan solo veamos que el “jogo bonito” de Brasil es pentacampeón del mundo y el catenaccio de los italianos los sigue con 4 títulos en su haber.
Esta vez los españoles no pudieron hacer ver ese increíble juego con el balón a sus pies en el campo, muchos toques por los costados, idas y vueltas de la pelota, pero muy pocas veces con peligro de gol. Por el contrario los visitantes, plantearon un claro esquema de juego, dos líneas de 4 bien marcadas, que se instalaron mucho más cuando a los 30 del primer tiempo fue expulsado Motta, y sus dos delanteros que estaban más para marcar la salida de los laterales azul grana que para intentar buscar una chance de gol.
Dos de los mejores entrenadores del mundo se enfrentaron. Guardiola, que mantiene un claro ejemplo del estilo que le gusta a los hinchas del Barcelona, nunca cambió su manera de plantear el juego y esta vez fue superado por el excelente planteamiento que le impuso su par. Mourinho propuso defenderse y esperar bien atrás a su rival, bloqueando las posibles entradas al arco de los jugadores contrarios.
El primer tiempo terminó igualado a 0, sin grandes chances de gol para ninguno de los dos. En el segundo tiempo el Pep sacó a Milito y colocó al brasilero Maxwell en su lugar, buscando romper el esquema de su rival. También luego de 20 minutos de juego, sacó a su único referente de área, el sueco Ibrahimovich por Bojan, y se la jugó por buscar el toque del balón abriendo la cancha por los costados intentando desprender la dura defensa del equipo de Milán. El gol del barza llegó faltando muy pocos minutos de juego, con una jugada brillante de su defensor Piqué que logro derrumbar el arco rival. Luego en el tiempo de reposición el árbitro anula un legítimo gol a Bojan y el juego no dio para más.
Si alguien brilló en este juego de semifinal de Champions fue el técnico Mourinho, muy inteligente para este tipo de competencias y muy pícaro para sacar toda la presión posible a sus jugadores y convencerlos de hacer algo como jugar 90 minutos sin intentar atacar a su rival, lo que para muchos podría resultar imposible, pero que para el Inter fue suficiente para llegar a la gran final.
La pregunta que muchos se hacen siempre es ¿qué estilo de juego es el mejor? Y nadie lo podrá afirmar jamás con acierto, tan solo veamos que el “jogo bonito” de Brasil es pentacampeón del mundo y el catenaccio de los italianos los sigue con 4 títulos en su haber.
Eloy Barandalla
eloybarandalla@hotmail.com
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