15:15 RAFA EN FRECUENCIA

De menos a más, tomando el ritmo con el correr de los games, el español Rafael Nadal pisó el acelerador a partir de la segunda manga (la primera la perdió por 6-3) y venció al sueco Robin Soderling (Nº 10 del escalafón mundial) por 3-6, 6-3, 7 (7) – (4) 6 y 6-1 en 2 horas y 43 minutos de juego.
Un comienzo de partido con mucho contraste entre los números de uno y otro. El sueco mantuvo un 88 % con su primer saque, mientras que el mallorquí sólo el 53 %. En cuanto a errores no forzados, Rafa sólo tuvo 2, mientras que su rival 8, pero los compensó con los 14 winners, contra los apenas 3 del Matador. Soderling logró 2 le arrebató 2 veces el saque en 3 chances y Rafa tan sólo 1. Indicios del 6-3 para el escandinavo en 33 minutos.
Nadal elevó el porcentaje de primeros saques en el segundo set (77 %), y Soderling continuó con lo suyo. Pero el encuentro ya no pasaba por la soltura para golpear afirmado de Robin, sino que la intención de Nadal era moverlo, variarle el efecto y no darle chance de soltar el brazo. Con tan sólo un quiebre entre ambos, el español se llevó la manga por 6-3 y equilibró las acciones.
Soderling comenzó a ejecutar tiros con relativa comodidad, con pelotas que le quedaban perfectas para el gran empuje de su hombro derecho, pero los contragolpes y la gran resistencia de Nadal, obligaba al sueco a jugar siempre una carta más, que no siempre era precisa. Las contrapiernas del Rafa incomodaban bastante a Soderling, y lo obligaban a mover la estantería y pegar en movimiento. Así, el preclasificado número 6 perdí profundidad y superioridad en cada game. Para atraerlo y hacerlo morder el anzuelo, Nadal le jugaba con slice para que el mal estado del césped lo forzara a pegar incómodo, y a perder la paciencia, buscando cerrar el punto en 1 o 2 golpes apenas.
Sólo el tie break puso fin a la paridad, un poco desordenada y con errores en los juegos de saque de ambos. Rafa aprovechó las imprecisiones del sueco, y se lo llevó por 7 a 4. Un set para confirmar lo hecho en el anterior, y trasladarle el problema y la responsabilidad de ajustar la mira de la escopeta que tiene en su brazo derecho al sueco, si quería continuar en el torneo.
Decidido y a por más, el 1 pero con firmes argumentos para agarrarse del traspié de Rogelio y alargar distancias en su reinado en la cima del ranking, usufructuó el buen dominio de sus muñecas para resistir los embates del escandinavo, y la coordinación de ellas con las potencias de sus piernas. Era el momento para sacarle máxima rentabilidad a las urgencias del rival, a esa necesidad de tirar y tirar para acortar puntos que tenía el sueco. Y con dos quiebres letales (en el Cuarto y Sexto game), Nadal se adueñó del set y también del partido.

EL LOCAL PUDO MÁS


Andy Murray, número 4 del mundo, sacó provecho de los 37 errores no forzados del francés Jo-Wilfred Tsonga en todo el match –contra tan sólo sus 14, y lo venció con holgura por (5) 6-7 (7), 7 (7) – (5) 6, 6-2 y 6-2 para ser el último semifinalista que quedaba por definirse. Será rival de Nadal, que en el face to face le gana al escocés por 7 a 3.
En las dos primeras mangas, la cosa venía pareja. No se sacaban ventaja por ningún lado. Sólo el tie break fue el sistema para definir romper con tanta igualdad entre los dos. Uno para cada lado, pero desde el segundo el británico comenzaba a mover las piezas de manera más eficaz, y tenía una cierta chance para romper con las equivalencias.
En el tercero, el juego de Tsonga se desmoronó completamente. Impreciso, inseguro a la hora de los peloteos largos, cedió en dos ocasiones su saque y también el control del juego. Se lo llevó 6 a 2 Murray. Idéntico resultado para el cuarto y definitorio set. Murray le jugó mucho al parabrisas a moreno tenista, que falló en los momentos claves en con su drive cruzado. Esto, más la remontada en lo físico, confirmación el adelantamiento del Nº 4 en las acciones y también en el score.
IVÁN ISOLANI