Como cada partido es un mundo inconmensurable al anterior, y lo será también al siguiente. En éste, los suplentes no hicieron la diferencia, y sí lo fueron nuevos aspectos que afloraron para establecer los parámetros de la victoria, ajustada de los Boston Celtics por 92 a 86 a los Angeles Lakers, en una noche caliente y con emociones varias.
Fisher y Bynum comandando en el inicio la ofensiva angelina. Esto fue porque Ray Allen volvió –como en el juego 4- a someter a Kobe Bryant a una intensa y pegajosa marca, y negarle el tiro. Sumado al poco protagonismo de Artest, Fisher, además de armar las jugadas y distribuir el balón, las tenía que finalizar, culminando el cuarto inicial con 9 puntos. Mientras que el pivot, tocado en su rodilla derecha, sumó 6 tantos, repartiéndose entre ambos 15 de los 20 de su equipo.
En el anfitrión, el trío Rondo -6 puntos-, Pierce -8- y Garnett -6- asumieron en ambos costados la conducción y la toma de decisiones. Importante Garnett para bloquearle la puntuación a Pau Gasol. Lo que sí no pudo evitar El Cuervo, fue la gran diferencia en cuanto a los rebotes conseguidos en el tablero rival: 16 para L.A. contra tan sólo 7 de Boston.
La labor de Bryant (pese a sus 38 puntos) dispar y forzada, se debió sin dudas a lo eficaz del seguimiento de los Allen, tanto de Ray como de Tony. Molestos, no permitiéndole recibir cómodo y –algo que al escolta tanto le molesta- es que no se traguen sus fintas y que bloqueen hasta último momento su mecánica de tiro, cuando lanza descendiendo su cuerpo. Tan errático fue el encuentro del conjunto angelino, que sólo efectivizó un 39 % de sus tiros, mientras que Boston tuvo el 56,3 % de campo en toda la noche.
Con las tintas recargadas, tras el inicio de la segunda mitad, se vio al auténtico Kobe Bryant. Con la mano super caliente, burló la excelente oposición de Allen y le encestó en plena cara 19 puntos en el tercer período, con 7 de 9 de campo. Sólo Kobe contra Boston, haciendo hasta lo utópicamente humano para mantener de pie a su equipo, que hacía agua por todos lados.
Rondo se le hacía incontrolable a quién lo marcase. Pierce le seguía los pasos a Bryant, y sacando oro de las piedras y mostrándole a Phil Jackson que la defensa ideada por él tenía unos claros enormes, y de esas heridas los Celtics basaban su ofensiva. Y entre la pareja de internos, sacaban a pasear a un tibio Gasol y victimizaban al lastimado Bynum.
Se notaba el clima tenso que se vivía en la duela. Forcejeos entre Gasol y Perkins, miradas pesadas y sostenidas de Pierce a Artest, o el duelo en la marca de Fisher a Ray Allen. Todas situaciones que extremaban la rigurosidad y la paciencia de los árbitros: 5 faltas para Bryant y Pierce, y con 4 terminaron otros 5 jugadores de ambas escuadras titulares.
Pese a prevalecer en la cantidad de rebotes en ataque -16 ante los 7 de Boston- los Lakers careció de juego interior. Con una baja producción de Gasol (12 puntos y 12 rebotes) cuando en la serie promediaba algo más de 20 por encuentro. Todo recayó en Kobe Bryant, que lo asumió, marcando 38 puntos. Pero del resto del quinteto inicial, sólo el español superó la decena de unidades.
En cambio, en los Celtics, el reparto de tanto estuvo más balanceado, con 4 de sus 5 hombres titulares –a excepción de Perkins- hicieron 10 o más unidades en la noche. Liderados por Pierce y sus 27.
Fisher y Bynum comandando en el inicio la ofensiva angelina. Esto fue porque Ray Allen volvió –como en el juego 4- a someter a Kobe Bryant a una intensa y pegajosa marca, y negarle el tiro. Sumado al poco protagonismo de Artest, Fisher, además de armar las jugadas y distribuir el balón, las tenía que finalizar, culminando el cuarto inicial con 9 puntos. Mientras que el pivot, tocado en su rodilla derecha, sumó 6 tantos, repartiéndose entre ambos 15 de los 20 de su equipo.
En el anfitrión, el trío Rondo -6 puntos-, Pierce -8- y Garnett -6- asumieron en ambos costados la conducción y la toma de decisiones. Importante Garnett para bloquearle la puntuación a Pau Gasol. Lo que sí no pudo evitar El Cuervo, fue la gran diferencia en cuanto a los rebotes conseguidos en el tablero rival: 16 para L.A. contra tan sólo 7 de Boston.
La labor de Bryant (pese a sus 38 puntos) dispar y forzada, se debió sin dudas a lo eficaz del seguimiento de los Allen, tanto de Ray como de Tony. Molestos, no permitiéndole recibir cómodo y –algo que al escolta tanto le molesta- es que no se traguen sus fintas y que bloqueen hasta último momento su mecánica de tiro, cuando lanza descendiendo su cuerpo. Tan errático fue el encuentro del conjunto angelino, que sólo efectivizó un 39 % de sus tiros, mientras que Boston tuvo el 56,3 % de campo en toda la noche.
Con las tintas recargadas, tras el inicio de la segunda mitad, se vio al auténtico Kobe Bryant. Con la mano super caliente, burló la excelente oposición de Allen y le encestó en plena cara 19 puntos en el tercer período, con 7 de 9 de campo. Sólo Kobe contra Boston, haciendo hasta lo utópicamente humano para mantener de pie a su equipo, que hacía agua por todos lados.
Rondo se le hacía incontrolable a quién lo marcase. Pierce le seguía los pasos a Bryant, y sacando oro de las piedras y mostrándole a Phil Jackson que la defensa ideada por él tenía unos claros enormes, y de esas heridas los Celtics basaban su ofensiva. Y entre la pareja de internos, sacaban a pasear a un tibio Gasol y victimizaban al lastimado Bynum.
Se notaba el clima tenso que se vivía en la duela. Forcejeos entre Gasol y Perkins, miradas pesadas y sostenidas de Pierce a Artest, o el duelo en la marca de Fisher a Ray Allen. Todas situaciones que extremaban la rigurosidad y la paciencia de los árbitros: 5 faltas para Bryant y Pierce, y con 4 terminaron otros 5 jugadores de ambas escuadras titulares.
Pese a prevalecer en la cantidad de rebotes en ataque -16 ante los 7 de Boston- los Lakers careció de juego interior. Con una baja producción de Gasol (12 puntos y 12 rebotes) cuando en la serie promediaba algo más de 20 por encuentro. Todo recayó en Kobe Bryant, que lo asumió, marcando 38 puntos. Pero del resto del quinteto inicial, sólo el español superó la decena de unidades.
En cambio, en los Celtics, el reparto de tanto estuvo más balanceado, con 4 de sus 5 hombres titulares –a excepción de Perkins- hicieron 10 o más unidades en la noche. Liderados por Pierce y sus 27.
IVÁN ISOLANI
0 comentarios:
Publicar un comentario