Las situaciones seguían sucediéndose y, pese a poseer a los dos artilleros del certamen, Vélez no podía. Lo buscaba por ambos costados, con un ritmo que fue incrementándose desde los últimos minutos de la etapa inicial y que vio su esplendor en la primera quincena del segundo. Cuando ya Lanús se debatía entre aguantarlo cada vez más cerca de Caranta, y sumar hombres a esa línea de 5 hombres, se abrió el marcador.
El que menos cartel de todos tiene, y al que de a poco le iban objetando su continuidad en el terreno, fue el que se encargó de romper con la sequía goleadora, y darle el triunfo y la punta al conjunto de Villa Lugo. El juvenil Ricardo Alvarez, de afuera del área, hizo temblar al Amalfitani de un zurdazo que se clavó en el ángulo de un Caranta que no pudo hacer absolutamente nada para cambiar la trayectoria.
El Fortín, que de arranque tenía la cautela de atacar prudentemente, sabiendo que arriba Lanús dejaba a un terceto de hombres preparados para picarle de los costados hacia el medio, y aprovechar las espaldas de los laterales velezanos lanzados al ataque. De esos puntas, era Salcedo el que, mediante una rotación, el que más se retrasaba para hacerse cargo de la conducción de los ataques, dejando a Regueiro y a Romero bien encima de los centrales. En la mitad del campo, El Conde Pizarro se ubicaba como único 5, y debatía el medio con el par que Vélez presentaba.
El que no aparecía era el Burrito Martínez, inconexo en su sociedad con Moralito y poco participativo en el armado del circuito de juego. Tampoco colaboraba por el andarivel diestro Augusto Fernández y sus corridas, simplemente porque la línea del balón corría por el sector antagónico.
El complemento fue una continuación del último pasaje del inicio con Vélez volcando y moviendo sus fichas en las inmediaciones del área de Caranta. Pasaban Cubero y Papa para complementar a los carrileros. Moralez y el Burrito corrían a la par y se buscaban para comprometer al solitario Pizarro. Eso era un indicio de la mejora en el rendimiento, y que obligaba al Grana a replegar los laterales-volantes y formar un bloque de 5 hombres que custodiaban los aposentos de su arquero.
El gol de Ricky Alvarez, le permitió a Vélez controlar el trámite del encuentro, rotar el balón y jugar con la desesperación del rival. En tanto que Lanús, sin ideas y falto de argumentos, navegó en la tibieza de sus hombres en la ofensiva. Con estos 3 puntos, El Fortín llega al a cima del torneo Apertura, junto a Estudiantes, y sueña.
El que menos cartel de todos tiene, y al que de a poco le iban objetando su continuidad en el terreno, fue el que se encargó de romper con la sequía goleadora, y darle el triunfo y la punta al conjunto de Villa Lugo. El juvenil Ricardo Alvarez, de afuera del área, hizo temblar al Amalfitani de un zurdazo que se clavó en el ángulo de un Caranta que no pudo hacer absolutamente nada para cambiar la trayectoria.
El Fortín, que de arranque tenía la cautela de atacar prudentemente, sabiendo que arriba Lanús dejaba a un terceto de hombres preparados para picarle de los costados hacia el medio, y aprovechar las espaldas de los laterales velezanos lanzados al ataque. De esos puntas, era Salcedo el que, mediante una rotación, el que más se retrasaba para hacerse cargo de la conducción de los ataques, dejando a Regueiro y a Romero bien encima de los centrales. En la mitad del campo, El Conde Pizarro se ubicaba como único 5, y debatía el medio con el par que Vélez presentaba.
El que no aparecía era el Burrito Martínez, inconexo en su sociedad con Moralito y poco participativo en el armado del circuito de juego. Tampoco colaboraba por el andarivel diestro Augusto Fernández y sus corridas, simplemente porque la línea del balón corría por el sector antagónico.
El complemento fue una continuación del último pasaje del inicio con Vélez volcando y moviendo sus fichas en las inmediaciones del área de Caranta. Pasaban Cubero y Papa para complementar a los carrileros. Moralez y el Burrito corrían a la par y se buscaban para comprometer al solitario Pizarro. Eso era un indicio de la mejora en el rendimiento, y que obligaba al Grana a replegar los laterales-volantes y formar un bloque de 5 hombres que custodiaban los aposentos de su arquero.
El gol de Ricky Alvarez, le permitió a Vélez controlar el trámite del encuentro, rotar el balón y jugar con la desesperación del rival. En tanto que Lanús, sin ideas y falto de argumentos, navegó en la tibieza de sus hombres en la ofensiva. Con estos 3 puntos, El Fortín llega al a cima del torneo Apertura, junto a Estudiantes, y sueña.
IVÁN ISOLANI
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