14:36 UN DOMINGO NEGRO EN EL US OPEN




Fue una jornada negra, para el olvido el  de los tenistas argentinos en el US Open , tras las derrotas de David Nalbandian ante Rafa Nadal , Juan Martín Del Potro vs. Gilles Simon y Juan I. Chela ante el local Donald Young , queda solamente el tandilense Juan Mónaco que tendrá un choque más que difícil ante el suizo Roger Federer , hoy a las 22 hs en el Arthur Ashe , último partido de la jornada del lunes.

El francés Giles Simon (12°), lo derrotó a Delpo  por 4-6, 7-6 (7-5), 6-2 y 7-6 (7-3), y lo había "mandado a casa a seguir entrenando y mejorando", como lo expresó el tandilense al terminar el encuentro. Toda una radiografía de lo que fue su vuelta al torneo que ganó en 2009 y del que, tras el paréntesis de 2010 impuesto por una operación se despidió ayer en la tercera rueda contra un rival que lo incomoda mucho con su juego de constante devolución y largos peloteos.





El galo  es como una mosca que le zumba constantemente y a la que no logra espantar ni con sus poderosos saque y drive. Aun en los días en los que le fue bien, lo hizo sudar la gota gorda. El año anterior al del título en el US Open necesitó cinco sets para vencerlo. Más recientemente, en Wimbledon, lo superó en tres apretados sets, dos en tie-break y el otro por 7-5. Ayer, Del Potro no supo aprovechar el envión de haber ganado el primer set y dilapidó tres set-points en el cuarto, antes del tie-break. Ya en la última muerte súbita, el tandilense se jugó a la lotería de resolver todo en un tiro. Lo único que hizo fue incrementar su cantidad de errores no forzados a la escalofriante cifra de 72. En ese tie-break, el francés se limitó a poner la pelota en juego con paciencia oriental y a mover a su rival sobre la línea. Delpo consumó su descontrol: dejó tres pelotas en la red, tres se le fueron largas y la otra salió por un costado. Siete equivocaciones que le sirvieron en bandeja el triunfo a Simon.


El argentino no se encontró con un partido que desconociera. "Sabía que iba a ser parejo y largo. Contra estos rivales que corren y la meten es difícil meter winners ". Y justificó su manera de encarar los tie-breaks: "No veía la forma de correr en el tie-break. No era la fórmula para ganarle. Arriesgué, pero no entraron las bolas. Era un encuentro que se iba a definir en pocas pelotas".






Si bien desde que llegó a esta ciudad Delpo admitía que aún no estaba para entrometerse en el núcleo duro que conforman Djokovic, Nadal y Federer, y que sus posibilidades todavía podían ser limitadas ante Murray o Mardy Fish (líder en la gira norteamericana sobre cemento), sí se sentía preparado para superar un listón como el de ayer. "Estoy contento por haber vuelto a Flushing, donde siempre vivo sensaciones especiales, pero en cuanto a resultados me habría gustado terminar más arriba." Además, el cuadro se le había puesto más accesible tras el retiro del sueco Robin Soderling por enfermedad, quien era un potencial rival en octavos de final.


 David Nalbandian se despidió de Nueva York con una derrota por 7-6 (7-5), 6-1 y 7-5, ante Rafa Nadal  en dos horas y 39 minutos. Más allá de que cada encuentro es una historia diferente, el de ayer pasa a engrosar una realidad que se repite para el cordobés: perdió los últimos nueve cotejos que disputó contra alguien que está dentro de los 10 primeros puestos del ranking. Hace más de un año que no supera a un top-ten, desde Toronto 2010, ante Robin Soderling, que por entonces estaba quinto. Llegó al cemento del complejo Billie Jean King sin ser cabeza de serie por primera vez en 10 años. Todo un síntoma.







Como ocurre desde hace tiempo, de cada partido de Nalbandian interesa tanto el resultado como su respuesta física. Sus últimos dos años fueron un calvario: operación de una de las caderas, un desgarro, una hernia, una lesión en el aductor derecho. No completó una temporada desde que, en 2009, entró en el quirófano. Desde hace un par de meses se lo ve con una figura mucho más delgada y estilizada. "Me molestó un poco el aductor en algún momento, pero fue mínimo. Se me pasaba, volvía. No fue nada importante", expresó, sin poner como excusa algún dolor pasajero

 
El primer set del cordobés fue de lo mejor en mucho tiempo. Como Nadal se equivocaba poco (sólo cometió cuatro errores no forzados en ese capítulo), Nalbandian sumaba con varios tiros ganadores. No le regalaban nada, era todo mérito de él con su notable revés y la profundidad de los golpes. Le quebró el saque al español y se puso 4-2. Llegó 5-4 con su servicio para llevarse el set y dar un golpe de autoridad. No estuvo ni cerca. Una volea se le quedó corta, un drop murió en la red, Rafa lo desbordó con un passing y una doble falta le quitaron la ventaja. En el tie-break, si bien lo luchó, nunca estuvo al frente.







Cualquier resquicio que le deja el rival, para Nadal es como la abertura de una puerta de doble hoja. Pasa como una tromba. Así barrió el segundo set con un 6-1, mientras Nalbandian no se recuperaba de lo que había dilapidado. Tuvo arrestos y dignidad deportiva para reponerse de un 2-5 en el tercer set. Lo igualó 5-5 y dispuso de una ventaja para colocarse 6-5, pero Nadal lo liquidó con un 7-5.


"Tuve momentos buenos, fue una lástima no poder aprovechar lo del comienzo. Si puedo jugar muy bien un set, también debería poder hacerlo durante dos o tres. Me falta consistencia. No la tengo y se nota", resumió Nalbandian, cuya larga puesta a punto continuará en Miami hasta que viaje a Belgrado para su otra ilusión: la Copa Davis.



Por su parte Juan Ignacio Chela cayó ante el estadounidense Donald Young, quien recibió una invitación al certámen. El tenista local lo derrotó en sets corridos , 7-5 , 6-4 y 6-3. El oriundo  de Ciudad Evita siempre fue desde atrás en el marcador. "No tengo excusas. Mereció ganar, jugó mejor que yo. Me sorprendió, es fuerte físicamente y erró muy poco", expresó Chela, que el año pasado había ganado el único partido del historial con Young, también sobre cemento. Si bien su temporada es positiva (está en el puesto 24°), el Flaco quedó lejos de igualar su mejor campaña en el US Open, con los cuartos de final ante Ferrer de hace cuatro años.  
 
 
 
 
 
 
ADRIÁN ORDOÑEZ