16:45 LOS 1 2 DEL PUNTERO

Una tromba el Tomba. Firme, sólido, avezado en este tipo de circunstancias, aunque sea otro de los noveles nacionales que se suelta con atrevimiento de la ya desdibujada franja que dividía al monopolio de los grandes de las migajas de los desvalidos, y comienza a mostrar firmes intenciones de dar pelea por el cetro de campeón.
Godoy Cruz mostró mucha movilidad en su terceto de atacantes. Lejos del área para involucrarse en la concepción del fútbol y no dar referencia a la defensa, Carranza e Higuaín se repartían los costados pero con mucha tendencia a las diagonales, y la única referencia era Salinas.
A los 12’, Carranza recostado por la izquierda, hizo daño desbordando a Rivair Rodríguez por el lateral, y mandando un centro punzante para que, por el fondo apareciera Pancho Dutari y la empujara.
El Tomba fue encontrando las variables para ser fuerte en ambos extremos del campo. Construyó un fuerte para resguardar el condominio de Ibáñez, involucrando a su primera línea de batalla cerca de la trinchera, y el apoyo logístico de las piezas del medio. Y en la ofensiva, las variantes tuvieron significado en la movilidad, en la permanente búsqueda del espacio vacío funcional a la inteligencia y a la habilidad del trío que compusieron el bloque.
Tigre navegó en la duda de saber qué hacer con el balón, cómo darle sentido a cada ataque. Porque después de la apertura del marcador, Godoy Cruz distribuyó fichas bien regadas por su campo, y se hizo fuerte pensando en salir rápido de contra. El Matador navegó por el mar de dudas que su propio esquema no fue capaz de responder. Porque el doble pivot en el medio cumplió el objetivo de acobacharse resistiendo a la par de los centrales, pero a la hora de utilizar el balón, los aleros por los costados no fueron solución ni desborde para alimentar a los puntas, que se arrastraron por todo el frente de ataque.
En el arranque del complementario, un mazazo al mentón para confirmar credenciales de líder. No transcurrieron ni dos minutos para que Rojas robara un balón en plena salida contraria, habilitó a Rodrigo Salinas, que le pegó mal pero con la suerte que entró pegadita al palo. No era todo lo que iba a realizar el punta en la tarde.
Lo peor que le puede pasar a los equipos que se dedican a esperar y a contrarrestar las proposiciones del otro, es que falle su plan y tengan que cambiar el chip sobre la marcha. Esto le ocurrió en 3 minutos del complemento al conjunto de victoria, que perdió la brújula en dos ocasiones y se vio bajo el mote de goleado, gracias al remate a quemarropa del Trapito Vega.
Pero en pocos minutos, la tarde primaveral y de festividad se fundió en una noche de copiosa lluvia y de un frío sempiterno. Porque Tigre, sin proponérselo, llegó al descuento a través de Leandro Lázzaro. Y siguió sin proponérselo, pero las desatenciones del bloque defensivo tombino, y un error clamoroso del asistente Norberto Moyano, que convalidó como gol una pelota que claramente no había sido tal. Lo peor en estas ocasiones, es ver algo que en los hechos no fue tal, que no existió.
El resultado se había ajustado, pero lo cierto fue que los caminos y las variables para llegar a los patentado por el tanteador, siempre estuvieron a años luz de distancia. Porque el Tomba, con amor propio y rabia, se puso en combate devuelta, logró reaccionar ante el cambio de golpes del Matador, y le aplicó otro mortífero 1 2 mortífero para demostrar quién era el dueño de la contienda.
Primero con Sigali, que estiró diferencias y luego con Salinas –por duplicado, aunque redondeó un hat-trick- para establecer el 6 a 2 definitivo y presentar credenciales firmes de puntero.


IVÁN ISOLANI
abetsen@gmail.com