El uruguayo Diego Forlán con dos goles, le entregó el trofeo de la UEFA Europa League a su equipo en un resultado final de 2-1 a siete minutos del final de la prórroga, con un triunfo agónico y repleto de sufrimiento ante el Fulham. Colocando así de nuevo al Atlético de Madrid, en entre los mejores de Europa.Lo dicho antes del encuentro ya no tiene valor, los que pensaron que iba ser fácil para el Atlético por los nombres de sus jugadores o mejor historia, no tendrían razón. El pequeño Fulham inglés, con tan sólo 33 juegos europeos, jugaba su primera final y no desencajó.
El encuentro fue parejo, el equipo británico, llegó a esta instancia gracias a su buen juego colectivo y sin tener grandes figuras, así se mantuvo invicto en Europa en los últimos cinco choques y que propuso un duelo muy exigente para los colchoneros.
Un partido con pocas ocasiones y poco fútbol durante los primeros 90 minutos. El juego por momentos demasiado físico para los intereses del grupo dirigido por Quique Sánchez Flores, en donde lo mejor del ataque rojiblanco llegaba en acciones demasiado aisladas de manos del iluminado Forlán y de Aguero.
El juego no se veía claro para ninguno de los dos, pero el uruguayo Diego Forlán con un tiro cruzado al poste; el argentino Kun Agüero, con un par de acciones, y José Antonio Reyes, con un lanzamiento de falta, empezaron a generar peligro. Tanto así que el 1-0 vino de en un buen contragolpe, dirigido por Reyes y culminado por el charrúa en el minuto 32 con un toque sutil junto al poste, sin opción de reacción para el portero Schwarzer.
Los próximos 5 minutos no serian muy agradables para el Atlético, y lo sufriría en el resultado cuando llegó el 1-1 del Fulham, un equipo que se mueve en ataque al ritmo de Bobby Zamora. Este comenzó el ataque que terminaría en el gol del empate, tras unos rechaces, un posterior centro y un despeje sin suerte del brasileño Assuncao, en el remate en el segundo palo de Simon Davies.
La final no tenía dueño aún, faltaba mucho tiempo por jugarse y no estaba claro quién levantaría el trofeo. El Fulham tuvo intensiones de buscar el resultado, con Simon Davies que intentó pero respondió David de Gea con una mano salvadora, en los peores momentos del conjunto rojiblanco, desconectado, no creaba ocasiones, perdió la pelota y se vinieron los cambios, Jurado por Simao, primero, y el argentino Eduardo Salvio por Reyes, después.
Los minutos finales despertaron al Atlético, que quería demostrar merecer el título en esta final, que se veía condenada a una prórroga. No lograron detener lo previsto, con mucho agotamiento en los rostros de los jugadores los colchoneros entraron con mucha actitud al campo. Sólo quedaba jugar media hora definitiva, sin margen de error, con todo un título europeo para el vencedor y sin consolación para el perdedor.
En esos momentos definitivos es donde los grandes aparecen, Forlán y Agüero demostraron que nunca quieren perder. En el minuto 115 se juntaron, momento donde el partido parecía llegar a los sufridos penales, pero el gran delantero uruguayo del Atlético de Madrid convirtió y colocó a su club en la cima europea, 48 después de su anterior título continental, en la Recopa del 62.
ELOY BARANDALLA
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