La selección alemana goleó por 4-1 a Inglaterra y se clasificó para jugar los cuartos de final de la Copa Mundial Sudáfrica 2010. Ahora espera por el rival entre Argentina y México que disputarán una plaza en Johannesburgo. El partido, de octavos de final, había levantado una gran expectativa entre los hinchas de todo el mundo y los amantes del buen fútbol.
Pese a que había anunciado un cambio, Fabio Capello, técnico del equipo inglés , mantuvo el mismo equipo que el miércoles clasificó con una victoria sobre Eslovenia, mientras que en Alemania su entrenador Joachim Löw, recuperó a los lesionados Bastian Schweinsteiger y Jerome Boateng, así como al suspendido Miroslav Klose en la punta.
Alemania arrancó con un aplomo impropio de su juventud, frente a una Inglaterra que se movía a más revoluciones, y tuvo una primera ocasión temprana. Ozil (m.5) recibió un pase perpendicular, ganó la posición a su marcador pero no controló del todo. Su disparo de refilón fue despejado por James.
El susto serenó los ánimos ingleses. Los hombres de Fabio Capello decidieron tomárselo con más calma, moviendo el balón sin recurrir a los pelotazos frontales en busca de Rooney, mientras los alemanes cargaban el juego por la banda derecha con centros de Lahm y Müller en dirección a Klose y Podolski.
Frente a las tres aproximaciones alemanas, Inglaterra tardó 18 minutos en disparar por primera vez a puerta, en un libre directo desde 28 metros que Lampard estrelló en la barrera. En el 23, Alemania marcó el gol más simple del fútbol. El meta Neuer lanzó la bola a tres cuartos del campo, Klose ganó el forcejeo a Upson y, a media caída dentro del área, alargó la pierna derecha para batir a James en su salida. Su 12º gol en un Mundial le iguala con el mítico Pelé.
El partido se volvió loco. Los dos equipos abandonaron sus precauciones defensivas y entraron en un cuerpo a cuerpo en el que los ingleses llevaron la peor parte. En el m.30 Klose falló solo ante el portero, a continuación Defoe cabeceó al larguero -en fuera de juego- y en el 32 Podolski, entrando sin marca desde la izquierda, recogió un balón de Müller y se la colocó abajo del arquero James.
Parecía sentenciado, pero el encuentro enloqueció todavía más. A los 37. Gerrard centró al punto de penalti y Upson ganó a los centrales alemanes para batir a Neuer, que salió a destiempo. Un minuto después el equipo arbitral le negó el empate a Inglaterra. El balón, lanzado por Lampard contra el larguero, picó medio metro dentro de la valla alemana, volvió al travesaño y ya en el segundo pique no rebasó la raya.
Alemania recibía una lejana compensación por el gol fantasma que, 44 años antes, el inglés Geoff Hurst le marcó en la prórroga de la final de 1966, cuando Inglaterra ganó en Wembley su único título. La primera parte, al cabo de una lucha sin tregua, pudo acabar con un marcador de escándalo, pero los equipos se fueron al descanso con el 2-1 para Alemania.
ADRIÁN ORDOÑEZ
Pese a que había anunciado un cambio, Fabio Capello, técnico del equipo inglés , mantuvo el mismo equipo que el miércoles clasificó con una victoria sobre Eslovenia, mientras que en Alemania su entrenador Joachim Löw, recuperó a los lesionados Bastian Schweinsteiger y Jerome Boateng, así como al suspendido Miroslav Klose en la punta.
Alemania arrancó con un aplomo impropio de su juventud, frente a una Inglaterra que se movía a más revoluciones, y tuvo una primera ocasión temprana. Ozil (m.5) recibió un pase perpendicular, ganó la posición a su marcador pero no controló del todo. Su disparo de refilón fue despejado por James.
El susto serenó los ánimos ingleses. Los hombres de Fabio Capello decidieron tomárselo con más calma, moviendo el balón sin recurrir a los pelotazos frontales en busca de Rooney, mientras los alemanes cargaban el juego por la banda derecha con centros de Lahm y Müller en dirección a Klose y Podolski.
Frente a las tres aproximaciones alemanas, Inglaterra tardó 18 minutos en disparar por primera vez a puerta, en un libre directo desde 28 metros que Lampard estrelló en la barrera. En el 23, Alemania marcó el gol más simple del fútbol. El meta Neuer lanzó la bola a tres cuartos del campo, Klose ganó el forcejeo a Upson y, a media caída dentro del área, alargó la pierna derecha para batir a James en su salida. Su 12º gol en un Mundial le iguala con el mítico Pelé.
El partido se volvió loco. Los dos equipos abandonaron sus precauciones defensivas y entraron en un cuerpo a cuerpo en el que los ingleses llevaron la peor parte. En el m.30 Klose falló solo ante el portero, a continuación Defoe cabeceó al larguero -en fuera de juego- y en el 32 Podolski, entrando sin marca desde la izquierda, recogió un balón de Müller y se la colocó abajo del arquero James.
Parecía sentenciado, pero el encuentro enloqueció todavía más. A los 37. Gerrard centró al punto de penalti y Upson ganó a los centrales alemanes para batir a Neuer, que salió a destiempo. Un minuto después el equipo arbitral le negó el empate a Inglaterra. El balón, lanzado por Lampard contra el larguero, picó medio metro dentro de la valla alemana, volvió al travesaño y ya en el segundo pique no rebasó la raya.
Alemania recibía una lejana compensación por el gol fantasma que, 44 años antes, el inglés Geoff Hurst le marcó en la prórroga de la final de 1966, cuando Inglaterra ganó en Wembley su único título. La primera parte, al cabo de una lucha sin tregua, pudo acabar con un marcador de escándalo, pero los equipos se fueron al descanso con el 2-1 para Alemania.
ADRIÁN ORDOÑEZ
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