En una noche tan apasionante como atrapante hasta el último tiro, Los Angeles Lakers remontaron canasta a canasta el score –que le fue adverso durante 3 cuartos- y logró adjudicarse el 16to título de NBA de su historia. Tras ganarle por 83 a 79 a Boston en el séptimo y definitivo encuentro. Anduvieron parejito Kobe Bryant –MVP de las finales con 22 puntos y 15 rebotes- y Pau Gasol -19 puntos y 18 rebotes- para imponerse a la casi perfecta defensa de los Celtics, que se cayó en el último período por carga de faltas.
Sin Perkins por lesión en su rodilla derecha, Rasheed Wallace se hacía cargo de Bynum en la llave. A sabiendas de esto, la orden de Phil Jackson era recargar las tintas en el juego interior. Esta ausencia se notó claramente en la cantidad de rebotes bajados por uno y otro: 53 para los Angeles contra 32 de Boston, pero no logró en la primera mitad efectivizar esa diferencia en el tablero contrario, por la muy buena defensiva bostoniana. Pero ese indicador iba a cambiar en la segunda mitad.
Inconexo Bryant, incómodo y tomando muchos tiros y pocos pases, sólo encestó 7 de 18 en toda la noche. La misma tónica que su conjunto, que padeció a una de las mejores versiones de la defensa Celtic, el arma por excelencia de Doc Rivers. Sólo permitió en toda la noche un 32,5 % de tiros de campo, reforzando la rigurosidad en el 1 contra 1, y doblando la marca a Kobe y a Gasol. En el aro contrario, el Trebol encestó un 40,8 %, con su ofensiva balanceada y con sus 5 titulares con más de 10 puntos.
Continuando con lo que dicen los números de la serie, quién baja más rebotes, gana el partido. En la primera mitad, de los 23 rebotes bajados por los laguneros (15 en ataque), no fueron bien usufructuados en los tableros, y sí lo fueron del Trebol, anotando puntos frescos y aprovechando el contragolpe, el arma que tan bien maneja el base Rajon Rondo.
En un encuentro de este calibre, caliente, definitorio, poca mano echaron a sus relevos ambos coachs. Quienes más vieron acción, fueron los reservas internos. Por el lado del anfitrión, el ala-pivot Lamar Odom vio 34 minutos de acción, y anotó 7 pts (3 de 8) por la lesión que lo tiene a mal traer a Andrew Bynum.
En Boston, Sheed Wallace -como pivot-, constantemente rotó con Big Baby Davis por acumulación de faltas y también por la versatilidad que el joven interno le imprime en la ofensiva, en detrimento de la experiencia del veterano Rasheed. Big Baby sumó 6 tantos y capitalizó 9 rebotes, mientras que Wallace aportó 11 y 8 rebotes, hasta que abandonó el campo por exceso de faltas.
A partir de la segunda mitad, Gasol comenzó a trabajar más con las fintas para cargar de infracciones al juego interno. Y de a poco lo fue logrando. Machacando sobre Garnett -5 faltas-, luego se corrió a la posición 5 y lo sacó a Wallace de la duela, y a su reemplazante, Glenn Davis, le extrajo 4 fouls.
Con Pierce y Allen más erráticos y bajos anímicamente, comenzaron a unirse Kobe y Gasol, con puntos y con rebotes importantes en ambos costados, para comenzar la redención en el score. De los 53 rebotes en total, 23 fueron en la ofensiva, y tras un primer tiempo inconexo, sumaron 19 unidades por esos recuperos.
Ya no eran los 13 pts que supo tener Boston en el segundo cuarto, sino que en el tercero ya se ajustaba más (57 a 53 los Celtics). Sin mucha oposición en la marca por culpa de las faltas, el español sumaba y sumaba 9 pts en el período final-. Lo acompañaba su ladero Bryant -10 pts- y el desequilibrio de Ron Artest, aportando 20 pts y 6 rebotes esenciales para dar vuelta el marcador y hacer más palpable la remontada.
Finalmente, el Staples Center celebró otro anillo de campeonato. Otra noche vibrante y apasionante que termina con los angelinos festejando. Porque era su clásico rival el de enfrente, el que toda la vida lo tuvo a maltraer en las finales, y estos duelos rememoran los de los ’60, cuando se enfrentaban Jerry West y Bill Rusell contra los Boston de Red Auerbach. O los caucásicos liberados por Larry Bird, versus el basketball negro practicado por los Lakers de Magic Johnson en los ’80.
Un campeonato más para Phil Jackson (con éste van 11), y otro MVP para Kobe Bryant, que pese a no llegar a los 29,5 pts que venía promediando en la serie, fue clave y vital con un doble doble completando casilleros en la planilla de estadísticas. Juntos, Bill Rusell, Magic Johnson, Khareem Abdul-Jabaar y Kobe Bryant para continuar la dinastía Lakers.
Sin Perkins por lesión en su rodilla derecha, Rasheed Wallace se hacía cargo de Bynum en la llave. A sabiendas de esto, la orden de Phil Jackson era recargar las tintas en el juego interior. Esta ausencia se notó claramente en la cantidad de rebotes bajados por uno y otro: 53 para los Angeles contra 32 de Boston, pero no logró en la primera mitad efectivizar esa diferencia en el tablero contrario, por la muy buena defensiva bostoniana. Pero ese indicador iba a cambiar en la segunda mitad.
Inconexo Bryant, incómodo y tomando muchos tiros y pocos pases, sólo encestó 7 de 18 en toda la noche. La misma tónica que su conjunto, que padeció a una de las mejores versiones de la defensa Celtic, el arma por excelencia de Doc Rivers. Sólo permitió en toda la noche un 32,5 % de tiros de campo, reforzando la rigurosidad en el 1 contra 1, y doblando la marca a Kobe y a Gasol. En el aro contrario, el Trebol encestó un 40,8 %, con su ofensiva balanceada y con sus 5 titulares con más de 10 puntos.
Continuando con lo que dicen los números de la serie, quién baja más rebotes, gana el partido. En la primera mitad, de los 23 rebotes bajados por los laguneros (15 en ataque), no fueron bien usufructuados en los tableros, y sí lo fueron del Trebol, anotando puntos frescos y aprovechando el contragolpe, el arma que tan bien maneja el base Rajon Rondo.
En un encuentro de este calibre, caliente, definitorio, poca mano echaron a sus relevos ambos coachs. Quienes más vieron acción, fueron los reservas internos. Por el lado del anfitrión, el ala-pivot Lamar Odom vio 34 minutos de acción, y anotó 7 pts (3 de 8) por la lesión que lo tiene a mal traer a Andrew Bynum.
En Boston, Sheed Wallace -como pivot-, constantemente rotó con Big Baby Davis por acumulación de faltas y también por la versatilidad que el joven interno le imprime en la ofensiva, en detrimento de la experiencia del veterano Rasheed. Big Baby sumó 6 tantos y capitalizó 9 rebotes, mientras que Wallace aportó 11 y 8 rebotes, hasta que abandonó el campo por exceso de faltas.
A partir de la segunda mitad, Gasol comenzó a trabajar más con las fintas para cargar de infracciones al juego interno. Y de a poco lo fue logrando. Machacando sobre Garnett -5 faltas-, luego se corrió a la posición 5 y lo sacó a Wallace de la duela, y a su reemplazante, Glenn Davis, le extrajo 4 fouls.
Con Pierce y Allen más erráticos y bajos anímicamente, comenzaron a unirse Kobe y Gasol, con puntos y con rebotes importantes en ambos costados, para comenzar la redención en el score. De los 53 rebotes en total, 23 fueron en la ofensiva, y tras un primer tiempo inconexo, sumaron 19 unidades por esos recuperos.
Ya no eran los 13 pts que supo tener Boston en el segundo cuarto, sino que en el tercero ya se ajustaba más (57 a 53 los Celtics). Sin mucha oposición en la marca por culpa de las faltas, el español sumaba y sumaba 9 pts en el período final-. Lo acompañaba su ladero Bryant -10 pts- y el desequilibrio de Ron Artest, aportando 20 pts y 6 rebotes esenciales para dar vuelta el marcador y hacer más palpable la remontada.
Finalmente, el Staples Center celebró otro anillo de campeonato. Otra noche vibrante y apasionante que termina con los angelinos festejando. Porque era su clásico rival el de enfrente, el que toda la vida lo tuvo a maltraer en las finales, y estos duelos rememoran los de los ’60, cuando se enfrentaban Jerry West y Bill Rusell contra los Boston de Red Auerbach. O los caucásicos liberados por Larry Bird, versus el basketball negro practicado por los Lakers de Magic Johnson en los ’80.
Un campeonato más para Phil Jackson (con éste van 11), y otro MVP para Kobe Bryant, que pese a no llegar a los 29,5 pts que venía promediando en la serie, fue clave y vital con un doble doble completando casilleros en la planilla de estadísticas. Juntos, Bill Rusell, Magic Johnson, Khareem Abdul-Jabaar y Kobe Bryant para continuar la dinastía Lakers.
IVÁN ISOLANI
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