El tres veces campeón, Alemania, ya se encuentra en tierras sudafricanas ultimando detalles de cara a la Copa del Mundo. Cabeza de serie en el Grupo D, comparte la zona con Australia, Ghana y Serbia, en un grupo parejo y cargado de diferentes estilos y sistemas tácticos.El 7 de junio, el plantel dirigido por Joachim Löw arribó a Johannesburgo, y rápidamente se alojó en Pretoria, más precisamente en Valmore Grande, en donde hace casi todos los días entrenamientos intensivos, buscando la mejor puesta a punto de cara a su debut, el 13 en Durban ante Australia.
Originalmente, Löw había convocado a 27 jugadores para entrenar en las montañas del norte de Italia, pero un mar de lesiones ha hecho que tuviera que cambiar sus planes. La ausencia más resonante, sin dudas, es la de su líder y capitán Michael Ballack, que en el último partido de la temporada sufrió la rotura de los ligamentos del tobillo derecho. Gran revuelo se armó en torno a este tema. Primero, los cuestionamientos sobre quién lastimó al mediocampista: el volante ghanés Kevin Prince Boateng -nacido en Alemania pero de descendencia ghanesa y que integra el plantel africano- y que es medio hermano de Jerome Boateng, defensor compañero de Ballack en la selección germana.
Y luego, las declaraciones del ex médico de la Selección de Natación nacional, Fritz Schardt, que admitió que si lo hubieran tratado con ultrasonido y terapias especiales, podría haber vuelto a los campos en tan sólo 2 semanas y media. A Ballack, se le sumaron el volante Christian Traesch, el talentoso ofensivo Simon Rolfes y el último, fue el defensor Heiko Westermann, quién sufrió la fractura en su pie izquierdo en el amistoso ante Hungría que ganaron 3 por 0.
Estas situaciones, empujaron a una forzada pero vital renovación de los convocados. Con jóvenes valores como Sami Khedira –el reemplazante de Ballack-, o la explosión de Mesut Özil y Marko Marin por las bandas, pueden ser el empuje que a los bávaros les aporte frescura a su esquema.
A los ya nacionalizados Miroslav Klose y Lukas Podolski, y a otros 6 jugadores nacidos en el país pero con descendencia turca, ghanesa o iraní, ha surgido en la delantera un competidor más que confiable para arrasar con las defensas: el brasilero Jeronimo Cacau. El atacante moreno del Stuttgart, ha demostrado en los amistosos previos a la cita mundialista (un doblete ante Hungría) que está más que apto para pelearle el puesto a Klose, que buscará batir el record del gordo Ronaldo como máximo anotador en los mundiales.
Si Die Mannschaft –en alemán, “La Selección o El equipo”- gana la Copa del Mundo, cada jugador se llevará a sus bolsillos 250 mil Euros. 150 mil si llegan a la final, 100 si quedan entre los cuatro primeros y 50 mil Euros si llegan a Cuartos de Final.
Con su lema, “En camino a lograr la Copa” la joven pero renovada Alemania intentará demostrar por qué siempre es candidato al comienzo de una cita mundialista.
IVÁN ISOLANI
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