La selección italiana, que defiende el título Mundial en Sudáfrica, tropezó por segunda vez en el torneo y no fue capaz de superar a Nueva Zelanda, uno de los equipos más débiles a priori, frente al que empató de penal tras ofrecer una imagen muy discreta y con pocos argumentos futbolísticos.
La tenacidad y el amor propio de Nueva Zelanda, que se esforzó al máximo durante todo el partido, fue suficiente para que la selección italiana, sin patrón de juego y sin un canalizador de su fútbol en el centro del campo, haya sumado su segundo empate consecutivo en el Mundial y tenga que empezar a hacer cuentas para clasificarse.
El primer periodo ya no se ajustó a lo previsto. En primer lugar se adelantó en el marcador Nueva Zelanda, a continuación la selección italiana manejó el partido pero sin profundidad y en tercer lugar, el gol de la igualada de Italia llegó de penal. El defensor Smith agarró por la camiseta a De Rossi y el árbitro señaló penal. Iaquinta lo aprovechó e Italia con poco igualó el partido 1-1.
No fue un primer tiempo de calidad. Lo más destacado fue el juego de Nueva Zelanda, un equipo que estuvo por encima de lo previsto y que palió sus limitaciones tácticas a base de esfuerzo, compromiso y una buena colocación de sus hombres sobre el terreno de juego.
Tras el descanso, Italia apareció en el campo con Camoranesi y Di Natale reemplazando a Pepe y Gilardino, pero el equipo no se adueñó del partido y cuando se aproximó al arco neocelandés no lo hizo con peligro. Nueva Zelanda, por su parte, se defendía con orden y se aproximaba de manera esporádica al área rival.
Sólo en los veinte minutos finales del partido se hizo intenso el dominio de los italianos, que pusieron cerco a la portería contraria para tratar de conseguir con presión e insistencia lo que no habían logrado con fútbol hasta entonces.
En medio de ese ataque persistente de Italia, Wood tuvo una oportunidad para adelantar nuevamente a su equipo en el marcador, pero el balón salió cerca del palo izquierdo de Marchetti y a partir de ahí los balones lejanos y los tiros de media distancia de los jugadores de Marcelo Lippi no dieron de sí lo suficiente como para que el triunfo se decantara a favor del campeón.
Triste imagen de la azurra que en dos encuentros no pudo sumar de a tres y que el próximo jueves ante los eslovacos deberá ganar sí o sí para asegurarse de seguir en la Copa del Mundo, nada menos que el actual defensor y en su momento más crítico.
ADRIÁN ORDOÑEZ
adris1967@hotmail.com
La tenacidad y el amor propio de Nueva Zelanda, que se esforzó al máximo durante todo el partido, fue suficiente para que la selección italiana, sin patrón de juego y sin un canalizador de su fútbol en el centro del campo, haya sumado su segundo empate consecutivo en el Mundial y tenga que empezar a hacer cuentas para clasificarse.
El primer periodo ya no se ajustó a lo previsto. En primer lugar se adelantó en el marcador Nueva Zelanda, a continuación la selección italiana manejó el partido pero sin profundidad y en tercer lugar, el gol de la igualada de Italia llegó de penal. El defensor Smith agarró por la camiseta a De Rossi y el árbitro señaló penal. Iaquinta lo aprovechó e Italia con poco igualó el partido 1-1.
No fue un primer tiempo de calidad. Lo más destacado fue el juego de Nueva Zelanda, un equipo que estuvo por encima de lo previsto y que palió sus limitaciones tácticas a base de esfuerzo, compromiso y una buena colocación de sus hombres sobre el terreno de juego.
Tras el descanso, Italia apareció en el campo con Camoranesi y Di Natale reemplazando a Pepe y Gilardino, pero el equipo no se adueñó del partido y cuando se aproximó al arco neocelandés no lo hizo con peligro. Nueva Zelanda, por su parte, se defendía con orden y se aproximaba de manera esporádica al área rival.
Sólo en los veinte minutos finales del partido se hizo intenso el dominio de los italianos, que pusieron cerco a la portería contraria para tratar de conseguir con presión e insistencia lo que no habían logrado con fútbol hasta entonces.
En medio de ese ataque persistente de Italia, Wood tuvo una oportunidad para adelantar nuevamente a su equipo en el marcador, pero el balón salió cerca del palo izquierdo de Marchetti y a partir de ahí los balones lejanos y los tiros de media distancia de los jugadores de Marcelo Lippi no dieron de sí lo suficiente como para que el triunfo se decantara a favor del campeón.
Triste imagen de la azurra que en dos encuentros no pudo sumar de a tres y que el próximo jueves ante los eslovacos deberá ganar sí o sí para asegurarse de seguir en la Copa del Mundo, nada menos que el actual defensor y en su momento más crítico.
ADRIÁN ORDOÑEZ
adris1967@hotmail.com
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