El quedo en la primera etapa, cuando el Grana más protagonismo pedía, no lo dejó ganarlo. Y a la Lepra, cuando la balanza por fin se le había inclinado a su favor, la expulsión de Sperdutti lo dejó sin ese envión anímico –no futbolístico- para decidirse de una vez a acelerar a fondo y lograr una muy buena victoria de visitante. Pero fueron tablas en el sur, con los goles de Sasá Salcedo, de cabeza, y un golazo del gordo Sperdutti de tiro libre, le dieron sabor a esta igualdad en Guidi y Arias.
En el inicio, y desde la visión imaginativa de su DT, Lanús sus fichas de manera tal que, tanto Regueiro, por izquierda, y Aguirre por la derecha, quedaban bien de punta y jugaban continuos mano a mano con los stoppers rosarinos. Esto obligaba al pomelo Mateo a retrasarse más de la cuenta, y tener su punto de partida pegadito a Schiavi.
Con Pizarro y Pelletieri amordazando a los creativos de Newell’s, la cobertura y el patrullaje en el círculo central se hacía a la perfección. Y a espaldas de éstos, la línea de 3 granate les cubría las espaldas, achicándole espacio de maniobra a la visita, y haciendo que los de Zubeldia fueran un equipo corto, compacto y con pocos claros en su contra.
La línea de 3 que desde el táctico plantaba Ñuls, era sometido por los costados, y terminaban, ambos carrileros, acoplándose al fondo, metiendo a los defensas originales dentro de su propia área. Así, el equipo de Sensini no salía con claridad, y no lograba conectar su faceta defensiva con los hombres de ataque.
A los 14’, Pizarro recuperó cerca de su valla y tomó la lanza por el medio, se fue abriendo camino y amplió la jugada para la ruptura de la línea de volantes de Lugo por izquierda, que arrastró hacia el costado a Alayes y, con un centro preciso y bien dateado, le sirvió la apertura del encuentro a Salcedo, que sólo tuvo que cabecearla en el filo del área chica.
Sin aporte por los carriles laterales, Newell’s no tenía la posesión del balón, y debía mover sus fichas al ritmo del rival. Formica apagado y absorbido por la dupla de contenciones granates, y la veía pasar lejos de su rango de movimientos. Con las bandas más preocupadas por el regreso que por la proyección, le quitaban amplitud y peso al circuito de juego.
La Lepra, de apoco iba mejorando. No por argumentos propios ni intérpretes en una buena tarde, sino porque Lanús había replegado su mediocampo y sus embates ya no eran del todo profundos. Lugo ya no iba tanto, y entre Aguirre y Regueiro ya no se veía sincronización como en los primeros minutos. De ese quedo, los rosarinos se valieron para copar el círculo central, soltando a Formica a espaldas de Grana y a Sperdutti acompañando a Taborda dentro del área.
A los 39’, una falta de Hoyos a Formica pegadita al vértice del área, que Sperdutti la aprovechó y la clavó en el ángulo de Marchesín. Sin equiparar las acciones, ni hacer tanto mérito, la Lepra lo empardaba y se animaba en el sur. Y más, tras el fuerte tacle deslizante de Aguirre sobre Velázquez, que dejó al local con uno menos, casi al finalizar la etapa inicial.
En el complemento, una falta tonta le valió la segunda amarilla y la correspondiente roja a Sperdutti, y en el 10 contra 10, Newell’s se adaptaba mejor al contexto del encuentro. Con el gato Formica más retrasado, partiendo más cerca de Mateo, los rosarinos jugaban de lado a lado y era el que tomaba la iniciativa. Con Estigarribia profundizando por la izquierda, evidenciaba deficiencias en la zona defensiva de Lanús. Ya con las piernas cargadas, ambos se fueron conformando con el empate, y el punto ya no les pareció poca cosa.
En el inicio, y desde la visión imaginativa de su DT, Lanús sus fichas de manera tal que, tanto Regueiro, por izquierda, y Aguirre por la derecha, quedaban bien de punta y jugaban continuos mano a mano con los stoppers rosarinos. Esto obligaba al pomelo Mateo a retrasarse más de la cuenta, y tener su punto de partida pegadito a Schiavi.
Con Pizarro y Pelletieri amordazando a los creativos de Newell’s, la cobertura y el patrullaje en el círculo central se hacía a la perfección. Y a espaldas de éstos, la línea de 3 granate les cubría las espaldas, achicándole espacio de maniobra a la visita, y haciendo que los de Zubeldia fueran un equipo corto, compacto y con pocos claros en su contra.
La línea de 3 que desde el táctico plantaba Ñuls, era sometido por los costados, y terminaban, ambos carrileros, acoplándose al fondo, metiendo a los defensas originales dentro de su propia área. Así, el equipo de Sensini no salía con claridad, y no lograba conectar su faceta defensiva con los hombres de ataque.
A los 14’, Pizarro recuperó cerca de su valla y tomó la lanza por el medio, se fue abriendo camino y amplió la jugada para la ruptura de la línea de volantes de Lugo por izquierda, que arrastró hacia el costado a Alayes y, con un centro preciso y bien dateado, le sirvió la apertura del encuentro a Salcedo, que sólo tuvo que cabecearla en el filo del área chica.
Sin aporte por los carriles laterales, Newell’s no tenía la posesión del balón, y debía mover sus fichas al ritmo del rival. Formica apagado y absorbido por la dupla de contenciones granates, y la veía pasar lejos de su rango de movimientos. Con las bandas más preocupadas por el regreso que por la proyección, le quitaban amplitud y peso al circuito de juego.
La Lepra, de apoco iba mejorando. No por argumentos propios ni intérpretes en una buena tarde, sino porque Lanús había replegado su mediocampo y sus embates ya no eran del todo profundos. Lugo ya no iba tanto, y entre Aguirre y Regueiro ya no se veía sincronización como en los primeros minutos. De ese quedo, los rosarinos se valieron para copar el círculo central, soltando a Formica a espaldas de Grana y a Sperdutti acompañando a Taborda dentro del área.
A los 39’, una falta de Hoyos a Formica pegadita al vértice del área, que Sperdutti la aprovechó y la clavó en el ángulo de Marchesín. Sin equiparar las acciones, ni hacer tanto mérito, la Lepra lo empardaba y se animaba en el sur. Y más, tras el fuerte tacle deslizante de Aguirre sobre Velázquez, que dejó al local con uno menos, casi al finalizar la etapa inicial.
En el complemento, una falta tonta le valió la segunda amarilla y la correspondiente roja a Sperdutti, y en el 10 contra 10, Newell’s se adaptaba mejor al contexto del encuentro. Con el gato Formica más retrasado, partiendo más cerca de Mateo, los rosarinos jugaban de lado a lado y era el que tomaba la iniciativa. Con Estigarribia profundizando por la izquierda, evidenciaba deficiencias en la zona defensiva de Lanús. Ya con las piernas cargadas, ambos se fueron conformando con el empate, y el punto ya no les pareció poca cosa.
IVÁN ISOLANI
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