15:08 KITI – KITI

Con una hermosa tarde primaveral en la ciudad de Rosario pero con poco fútbol, Newells Old Boys con gol de Iván Borghello, derrotó a River Plate por 1 a 0, bajándolo de la punta del torneo y dejándolo nuevamente en zona de promoción.
No fue que Newells derrochó virtudes a la hora de manejar el balón, ni tampoco hay que decir que fue muy superior en la cancha, pero lo importante (como se dice comúnmente) en este tipo de partidos es sumar. Los dirigidos por Roberto Sensini realizaron un esquema sencillo, yendo para delante abriendo los costados y cortando la salida de su rival en el medio de la cancha.
River por su parte fue un paso hacia atrás de lo mostrado con Arsenal. Los dirigidos por Angel Cappa fueron un equipo que no supo conjugar de manera correcta el verbo “Jugar”, algo que recalca constantemente en sus declaraciones su técnico a la hora de enseñar el fútbol que a él le gusta. Lo que se vio ayer en el estadio Marcelo Bielsa fueron muchos pases sin sentido, sin apertura de juego por los costados, líneas muy separadas, por el contrario brillaron la fricción, el desorden colectivo y la desesperación por parte del equipo dentro y fuera del terreno de juego.
El partido trascendió sin mucho que destacar. Por parte de Newells el aporte de Mauricio Sperduti en el frente de ataque viene siendo muy desequilibrante en lo que va del torneo y la buena actuación de Sebastián Peratta con grandes atajadas, dejó el arco en cero.
En River el buen desempeño de Juan Pablo Carrizo hizo que el resultado no fuera superior, sigue mostrando el nivel de selección al que nos tenía acostumbrados y la solidez de Matías Almeyda en la mitad de la cancha, todo un ejemplo para sus compañeros.
Pero si de ejemplos se habla hay que remarcar lo que transmite el técnico de los millonarios en la cancha. Es que sorprenden las declaraciones de Cappa en la semana con la puesta final en el momento del partido. En la previa siempre se muestra muy calmo. Cero presiones, plasmando que el fútbol para él sólo se vive de una sola manera, tratando bien a la pelota sin desesperarse, transmitiendo “tranquilidad” a su equipo. Pero a la hora del encuentro se transforma y se torna una persona malhumorada, con reacciones que no concuerdan con su postura anterior, generando un clima de estrés para sus dirigidos, que en algún momento miran al banco buscando claridad y calma, que no encuentran.
Ese maestro del buen juego y de la enseñanza de la vida, a la hora del partido parece convertirse en un hincha más. Vulgaridades van y vienen de su boca, declaraciones post partido que carecen de análisis, son contradicciones que no parecen mostrar a la persona que quiere transmitir la ideología del crecimiento personal por medio del buen fútbol.
Hay que ser coherentes en la práctica, porque se va perdiendo credibilidad al discurso. No sirve de nada pregonar por todos lados la búsqueda de la tranquilidad y el buen ejemplo si nos dejamos llevar por nuestros instintos oscuros a la hora de la realidad.
El fútbol que parecía estar perdido en las canchas argentinas revivió con lo que transmitió Cappa en su Huracán subcampeón, mostrando el “fútbol” que le gusta a mucha gente. No solo era tocar y hacer goles, también era enseñar a los futbolistas que siempre se puede ir por el camino correcto en todos los sentidos de la vida.
La calma se termina convirtiendo en tormenta, el buen juego pasa a ser la búsqueda del pelotazo, las verdades se vuelven mentiras. No sirve de mucho si lo que hago con las manos lo destruyo con los pies, porque al final parece que todo fuera al revés y entonces el “Tiki - Tiki” termina convertido en el “Kiti - Kiti”.

Eloy Barandalla

eloybarandalla@hotmail.com