
Con pocos argumentos a favor y muchas aristas en contra, Tigre y Racing no dieron casi nada en Victoria y quedaron en tablas. Con Telechea por delante de la línea de 4 volantes, Caruso Lombardi había diseñado un esquema en base a las bandas, con Leone y Ribair Rodríguez para buscar ensanchar el campo, y buscar por la vía aérea a Stracqualursi entre los centrales.
Lo de Racing fue un símil, en cuanto a disposición táctica, tratando de juntar a Gio Moreno con Toranzo sobre la marca de Castaño, pero como el colombiano no tiene la tendencia ni el compromiso para cambiar de marcha en los metros finales, la Academia y principalmente Lugüercio -el único damnificado- sufrieron una anemia en la ofensiva.
Sin salida por los laterales, Racing lució como un equipo chato, aglomerado detrás de la línea del balón, y persiguiendo los espacios con inquietud. Cuando el partido les pedía variantes posicionales para ir a buscar el resultado, Russo y Caruso no se decidieron y, el telón, fue el juez y parte de un triste espectáculo.
IVÁN ISOLANI
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