Son de esos partidos que, desde el costado del juego y los rendimientos, no hacen la diferencia pero, desde la actitud, te suelen ganar partidos. Con poco funcionamiento colectivo, pero con bastante empuje, motivado por desde las tribunas, Independiente se hizo pata en el derby de Avellaneda y le ganó a Racing 1 a 0 en el Libertadores de América, con gol del juvenil paraguayo Cristian Báez.En el comienzo, Racing se disponía más compreso, adelantando la última línea para achicar el margen de maniobra detrás de los 4 medios, y poder soltar a los carrileros cuando se hacía del balón.
Lo de Independiente era todo forzado, con más lucha y correr para recuperar, que para ofrecerse como descarga al portador del balón, o para abrir espacios con alguna diagonal. Ni Mancuello ni Cabrera hacían ancho el terreno, entonces los que sufrían esa sequía de profundidad, eran Parra y Silvera.
Cuando se moría la primera etapa, y ninguno de los 2 merecía nada. Un centro que pasó a todos, y en eterna soledad, el juvenil Javier Báez cruzó su cabezazo de pique al piso y marcó el gol. Sin brillo, con pocas sociedades en la zona de volantes, y sin diagonales a espaldas de los zagueros, pero con más contundencia que la Academia, se iba al descanso el Rojo arriba.
Con el ingreso del Patito Rodríguez, alojado como un puntero por la izquierda, ayudaba a Mareque en el ida y vuelta, y como premisa, y desestabilizar al paragua Cáceres, y tratar de complementar a los puntas con su velocidad.
Con el Pato Toranzo demasiado replegado al costado de Yacob, la Academia carecía de sapiencia para manejar el balón, y perdía posibilidad de enlazarse con las diagonales de Hauche, pero no con la intrascendencia del Payaso Lugüercio, luego reemplazado. Ni Lluy ni Fernández se hicieron anchos por las bandas, y nunca supieron encontrar su lugar en el partido.
Parado de contra, y con los elementos para hacerlo, Mohamed ubicó al patito y al pelado Martín Gómez por los costados, en el mano a mano con los laterales blanquicelestes, y a Parra como única referencia entre los centrales, para pivotear y buscar a los que llegaran de frente.
Con esta victoria, el estreno del Turco es óptimo. Con tan sólo una semana de trabajo, logró imprimirle carácter a un equipo muy desmotivado, y ya mostró ciertas pastillitas de su sello, sobretodo en la línea de 3 en el segundo tiempo, o la velocidad de contra para abrir espacios con los ligeritos.
IVÁN ISOLANI

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