Sólo los que saben son capaces de romper la mediocridad en este fútbol argentino. Con alguna estocada, de misteriosa procedencia, pero de indudables resultados, abren defensas o alteran el natural cause de un partido. En este clásico barrial entre Argentinos y All Boys, que iba derecho a una tibia igualdad, Ortigoza puso una habilitación deliciosa para que Franco Neill marcara el único tanto en la Paternal.En el comienzo, Argentinos priorizaba la buena salida desde zonas defensivas, con Mercier u Orti como punto de partida de su circuito de juego, y también mostrando los caminos por donde hacer daño. Cuando se acercaban y se hacían parte de ese circuito Oberman o Niell, la elegancia en el traslado mutaba en gambetas en velocidad para desatar los nudos defensivos del rival.
Estático el Chino Zárate, como acusando la presión que le imponía el tándem de contenciones. Sumado a que los carrileros perseguían más a sus marcas y resignaban el ofrecerse como descargas, el Albo no terminaba de encontrar los modos.
En el complemento, con un par de corridas del uruguayo Rodríguez, All Boys se hacía ancho por la izquierda, y creaba una sensación de inestabilidad en el andamiaje defensivo del Bicho.
A los 37’, cuando los cañones apuntaban al empate, el mutante Ortigoza rompió por la zona central, agarrando desarticulado al Albo en su retroceso, y puso un pase filoso para la diagonal de Niell, que no escatimó en tranquilidad y definió al ángulo izquierdo de Nico Cambiasso.
IVÁN ISOLANI

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