Con dos golpes precisos -uno detrás de otro por parte de cada uno de sus delanteros-, Lanús se llevó la contienda ante San Lorenzo por 2 a 0, en una velada que, según las tarjetas, era empate por lo conservadores de los pugilistas. Cono lo hecho en el complemento, el Granate lo justificó, y desnudó problemas en ambos costados de la cancha en el Falcon de Ramón.En la primera a fondo, con Castrillejos combatiendo y presionando la salida, forzó el error de Botinelli, y su centro bajo lo desvió Pelletieri en anticipo a Migliore, pero el palo le decía que no, y luego, las manos del arquero le taparon el rebote a Romero.
Con un buen manejo del Conde Pizarro, a la izquierda de Pelletieri, Lanús iniciaba su circuito de juego con sus carrileros bien abiertos y buscando el desnivel en el mano a mano con los laterales-volantes de San Lorenzo, y tratar de alimentar a los puntas bien metidos entre los 3 zagueros.
El Santo de Boedo, carecía de frescura para aprovechar las bandas, porque ni Placente ni Luna sentían, al ser laterales natos, el pasaje a posiciones ofensivas, y porque ninguno de los dos contenciones oficiaba de filtro entre los defensores y los de arriba. Entonces, Romagnoli navegaba en aguas lejanas a la línea geográfica del balón, y a los delanteros, el arco de Marchesín les quedaba bastante a trasmano.
En el complemento, cuando no encontraban ninguno de los dos los caminos para vulnerarse, qué mejor que una pelota parada para romper con la escasez de alegrías en el Sur. Un corner de Aguirre al primer palo, que la defensa no pudo despejar, y en el punto del penal, Gonzalo Castrillejos ajustició a Migliore para poner el primero del Grana.
A espaldas de Placente, se ubicaba Silvio Romero, que obligaba al lungo Palomino a salir de su radio de marcaje, y exponerse ante un hombre lanzado en carrera. En una llegada al fondo del punta, que desbordaba al propio juvenil azulgrana, éste lo tuvo que bajar para impedir la definición del cordobés. Penal que el propio Romero facturó, cruzándola y engañando a Migliore. En 6 minutos, el local imponía condiciones y desnudaba falencias en el retroceso de los de Ramón.
Sin nada de ideas y juego, pero aprovechando el conservadorismo de Lanús, al CASLA no le quedó otra opción que atacar, que adelantar líneas para buscar el descuento. Y ahí es donde justificó aún más el resultado. Sin volumen de juego, con rendimientos muy opacos de Menseguez y Bordagaray, San Lorenzo se fue apagando y resignándose a la derrota.
IVÁN ISOLANI

0 comentarios:
Publicar un comentario