Vélez le ganó 2-0 a Huracán, con un doblete de Jonathan Cristaldo, en el estadio José Amalfitani por la fecha 18 del torneo Apertura 2010. En un partido donde predominaron los nervios, la ansiedad y alguna ilusión de revancha, el equipo dirigido por Ricardo Gareca logró quedarse con tres puntos claves para no perderle pisada al puntero del campeonato, Estudiantes de La Plata, e ilusionarse todavía con ser campeón. En los primeros 45 minutos, de fútbol hubo poco. Apenas un remate del enlace velezano, Maximiliano Moralez, que, luego de un desvío, se fue al corner a los 34 minutos de juego. A su vez, Rolando Zarate mostró mucho entusiasmo y oficio para inquietar a la defensa local. Sin embargo, lo que predominaba era la tensión fortinera que se hacía sentir. En la cancha, los jugadores no lograban conectar tres pases seguidos, y en las tribunas, de los nervios, se gritó el primer gol del pincha pensando que era de River.
No obstante, en la segunda etapa Vélez mejoró. Ya de arranque, Gareca dispuso que Cristaldo ingresara por Fabián Cubero, buscando algo más de agresividad, y realmente acertó. A los 6 minutos, luego de una gran jugada individual de Iván Bella, el “Churry” enganchó adentro del área y definió al palo derecho de Gastón Monzón, que no pudo evitar el gol. Pero eso no fue todo, un ratito después Cristaldo dejó mano a mano al uruguayo Silva para que definiera por arriba, y Quintana se luciese despejando sobre la línea. Más tarde, cuando faltaban 10 minutos, Zapata asistió al Churry nuevamente, que no pudo definir, porque el arquero Quemero corto la jugada con su mano afuera del área. Automáticamente, el árbitro del encuentro, Néstor Pitana, le mostró la tarjeta roja, y Huracán, que había agotado los cambios, tuvo que improvisar con el mediocampista Darío Soplan al arco. Zapata se hizo cargo de la falta, y Cristaldo, luego de un rebote, pudo empujar la pelota adentro del arco. Así, Vélez logró sacar adelante un partido, que por la presión que transmitía el resultado del Monumental, se torno realmente complicado. De todos modos, la jerarquía de ambos planteles se dejó vislumbrar. Mientras el equipo local encontró en el banco de suplentes los goles que necesitaba, el globo de Parque Patricios utilizó los tres cambios y nunca mejoró.
GONZALO BENITEZ
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