105 a 103, a falta de 10 segundos. Cortina de Duncan a Daniels para que Ginóbili vuelva a ser el as de espada de San Antonio. El bahiense se hizo el lugar tras un amague que pasó su marca, pero cuando quiso tirar para concretar el milagro, el capitán Celtic Paul Pierce le dijo “not here”, y le tapó el tiro. Así, Boston bajaba por segunda noche consecutiva al líder de la NBA –ayer había perdido contra los Knicks- y le dejó buenas incógnitas para el futuro. Ray Allen fue el anotador con 31, y Rondo –triple-doble mediante- desparramó 22 asistencias. El argentino fue el goleador de los Spurs, con 24 unidades.Defensa hundida para los Celtics. Respetando el 40,3% en la rama triple con que llegaban los Spurs a esta cita, la premisa era defender la canasta de penetraciones de los perimetrales, y que cuando Duncan o Blair se postearan, recibieran los internos la ayuda de la primera línea de defensa.
Allen, con su ya patentado “rulo”, comenzaba encendido el encuentro. 10 puntos en el primer cuarto, y un camino que Ginóbili no era capaz de predecir. Popovich, rápido, mandó a la formación B, con Bonner saliendo de la llave para tomar el triple -la espacialidad del a casa-. Mientras Big Baby Davis sumaba a la par del ayuda base, en San Antonio aparecía el reserva Gary Neal por ese pasaje, desde mediana distancia, para no perderle piada al trébol en la pizarra. Lo que no había encontrado en el quinteto titular, sí se lo daban los sustituto. En el segundo período, afianzando al colorado como un falso interno, lo que lograba era poder sacar lejos de su zona de fortaleza a Davis, un hombre más pesado y con tranco ralentizado. El equipo texano, con mayor y mejor rotación, encontraban en el francés Parker, al encestador que, penetrando y terminando las jugadas ante las torres bostonianas, puso a los Spurs al frente por 51 a 49 al término de la primera mitad, con 12 puntos del base en el cuarto.
Calibrado Allen en el tercer cuarto, Boston iniciaba la segunda etapa certero, preciso desde la gestación del juego. Repitiendo y superando su número de asistencias del último lunes ante los Minesotta Timberwolves con 16, Rajon Rondo contó en todo el partido 22 pases que, sus compañeros encestaron multiplicando su confianza. Davis en la zona pintada (23 puntos), y Allen martillando desde media y larga distancia (31).
Los Celtics arrollaban a San Antonio en este pasaje. Buena defensa, negando una recepción sencilla a Gino por parte del capitán Pierce. La variante de Bonner ya no reflejaba en el tanteador como antes, porque esa circulación que había tenido el quinteto en el segundo período, había perdido eficacia. Los números hablan por sí sólo: mientras San Antonio encestó un 39% en el cuarto, Boston casi lo dobló, con un elevadísimo 71% de campo.
Ginóbili, de discreta actuación en la noche, fue el que sacó la cara por los de negro. Venía flojo, con sólo 6 puntos en los anteriores cuartos, pero se destapó en el momento en el que Boston más apretaba el acelerador, y aportó sólo en el último período 20 tantos. Pero Rondo era el problema, que tenga tanta libertad de pensamiento, y que la rotación en defensa de San Antonio no alcanzara para cubrir el juego de cortinaje que ofrecían los internos a los rulos de Allen.
Haciendo cuentas, no pesó la diferencia entre puntos acarreados por cada banca, con diferencia para la visita de 27 contra 17 de los Celtas. Y sí pesó la diferencia en la eficacia de tiros de campo para Boston, que terminó con un 61,3% de campo (55,6% en triples) contra el 45,3% de San Antonio (40,9% en triples). Claro, los locales tuvieron 34 pases gol, contra tan sólo 20, lo que habla de una ofensiva balanceada y fluida.
IVÁN ISOLANI

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