21:39 PROBLEMAS DE DIVÁN

Conforme pasaban los minutos, el que había comenzado un poco mejor, manejando los tiempos y disponiendo de las condiciones de juego, pero hasta las puertas del área llegaban todos los intentos del Xeneize por congraciar esa mínima superioridad en la red. La falta de resolución, sumado al poco carácter individual y colectivo del equipo, le fueron dando pequeñas pautas a Lanús, que pasó del respeto del primer tiempo a una actitud más ofensiva en el complemento, y en las dos veces que fue profundo, marcó y puso en evidencia lo frágil que luce el fondo bostero.
Lanús ponía todos sus hombres en propio campo para apretar la circulación en la mitad de cancha que ejecuta Boca, y no darle libertar a Erviti y Chávez para ser los gestores del embrión del circuito de juego. Respaldaba las bandas para que no lastimaran Monzón y Clemente, y que sólo por el centro, donde Pelletieri y Pizarro hacían yunta, sea el camino elegido para progresar de los de azul y oro.
La manera de poder hilar el conjunto de la Ribera sociedades y así someter al Grana, era tratando de unir a Chávez o Erviti con la órbita del balón, y que desde sus pies, se iniciara el camino de los avances para liberar a Román de tener que retrasarse para entrar en juego y que acompañe más de cerca al Loco Palermo en la ofensiva, y también para intentar ampliar el rango de acciones, validando a los hombres que hacían la banda.
El local aunó más esfuerzos en tratar de desentramar el juego que ofrecía Boca, que intentar hacer prevalecer el buen pie de algunos de sus hombres. Valeri más contenido, replegado por la raya izquierda para tomar las escaladas de Clemente Rodríguez, que lo hacía sin oposición y no se preocupaba tanto por cuidar sus espaldas del uruguayo Regueiro, que probó suerte con Cellay primero, y terminó perdiéndose por el otro sector, al igual que el pibe Díaz. El Conde Pizarro no encontraba de qué modo ser la salida de un equipo que no se hacía con facilidad de la pelota, y que le ofrecía el terreno y el ritmo al contrario.
El complemento ofrecía una variante inédita en la tarde sureña, a un Lanús decidido y despojado de sus investiduras conservadoras de los primeros 45. Adelantado en el campo, disputando el partido de manera más agresiva, y no dejando que el destino del balón dependa sólo del criterio de los de azul. Ahora sí Pizarro era hombre de permanente disponibilidad para ponerle su sello distintivo al curso de cada progreso de los suyos a posiciones ofensivas.
En los momentos posteriores a la entrada de Mouche por Chávez, Monzón regaló su espalda doblemente, porque primero quedó relegado ante Ledesma, y luego no persiguió la subida de Goltz, lo que obligó a Insaurralde a tener que salir al costado. Paolo mandó un centro que se filtró por encima de Caruso, y que pasó a Cellay, que se arrojó jugándose toda la piel para evitar que el envío llegara a la posición de Valeri, que la recibió y de zurda, se la cruzó a Luchetti. El que aprovechaba los errores de la última línea contraria, se llevaba la velada. A los 40', con el Grana floreándose a partir de poseer la ventaja en el marcador, y Boca sin respuesta ante el sacudón, un córner de Valeri para que el central Santiago Hoyos, que se elevó con absoluta soledad y, por el punto del penal puso la testa para sentenciar el resultado. A otra cosa.




IVÁN ISOLANI
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