El conjunto de Ricardo Caruso Lombardi consiguió un triunfo muy valioso en el Florencio Sola y todavía mantiene vivo el sueño de no descender a la segunda categoría. Perdía el partido por 3-2 y tras buenos aciertos en los cambios, increíblemente lo dio vuelta y terminó ganando 4-3 para alegría e ilusión de toda la gente Cervecera.
En los primeros minutos los protagonistas confeccionaron un tedioso combate en la mitad de cancha. Luego de ese aburrido segmento, Quilmes comenzó a tomar las riendas del encuentro y propuso más en el juego gracias a la velocidad de Diego Torres y la conducción de Miguel Caneo, de todas formas fue Banfield el que avisó primero a través de Barbaro quien conectó un centro de Achucarro y exigió al arquero Galíndez.
El encuentro se tornó emocionante gracias a las falencias defensivas de ambos equipos. A los 23, la defensa del Taladro no logró despejar bien en un tiro de esquina, la pelota volvió al área, Fontanini remató cruzado y el eterno goleador Romeo entró por el otro palo para empujarla. Tan solo un minuto pasó y llegó el empate, cambio de frente de Bustamante para la entrada de Quinteros, quien le ganó la espalda a Broggi y desvío el balón al palo más lejano.
En un marco equilibrado, el Cervecero evidenció una leve superioridad y volvió a ponerse en ventaja a los 30. Víctor López no pudo controlar la pelota y le cometió una indiscutible falta a Torres dentro del área, el árbitro Maglio cobro el penal y Caneo desde los 11 pasos no perdonó a Bologna. De esa manera y con una mezcla de corazón, empuje y un poco de oportunismo, los quilmeños se fueron al vestuario más aliviados.
La sonrisa de Quilmes se disipó apenas arrancó el complemento. Banfield mostró mayor agresividad, halló groseras fallas defensivas en su rival y Ferreyra las supo aprovechar para igualar el resultado tras un gran remate al segundo palo.
La hegemonía del Taladro se incrementó y el tercer gol finalmente se concretó. El talentoso Barbaro, otra de las apuestas de las inferiores banfileñas, recibió la pelota tras un buen movimiento de Ferreyra y batió a Galíndez con un fuerte derechazo al palo que cubre el arquero. Gracias a la sangre nueva de sus jóvenes, el elenco de Méndez daba vuelta el partido y se aprovechaba del alarmante bajón de los conducidos por Caruso.
En el peor momento de su equipo el técnico quilmeño apostó a las sustituciones e hizo ingresar a Pablo Vázquez y Cauteruccio por Torres y Romeo respectivamente. Para su suerte y la de su combinado esos cambios dieron sus frutos, primero Vázquez luego de una gran jugada personal convirtió el tercero fusilando a Bologna y más tarde Cauteruccio logro el cuarto y definitivo gol tras un centro de Raymonda.
Con este triunfo Quilmes cosecha su tercera victoria al hilo y mantiene intactas sus ilusiones de no irse de Primera, por el otro lado Banfield desaprovechó una gran oportunidad de acompañar a Vélez en la cima de las posiciones.
CRISTINA LA ROSA
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