18:07 PAOLO, EL GUERRERO


Su figura se alimenta con goles. Pero con sangre, con espíritu, con agallas. Perú renace de las cenizas. Se reinventa, se sobrepone a campañas y a años de debacle futbolística, y de la mano del cascarrabias Markarian, un tipo que llegó para hacerse respetar y que respeten al fútbol incaico, y que en su primera participación seria en un torneo, mostró armas, estilo, y mucho carácter. Con un triplete de Guerrero, Perú venció 4 a 1 a una Venezuela que, al igual que su rival, debe de tener el pecho inflado de tanto crecimiento.
Gran combate se daba en el sector medio. Markarian mandó a cancha casi a 6 volantes repartidos por delante de la última línea, contra los 4 medios venezolanos. Balbín trabando con Rincón, el Maestrico González corriéndose de banda y apareciendo por cualquier rincón, Lobatón asociándose con Cruzado para hacer circular el balón y tratar de ubicar en alguna contra al petiso Chiroque, o al gran Paolo Guerrero en su duelo personal con Rey y Vizcarrondo.
El partido fue siempre de media/alta calidad. Jugado con empeño, con tesón, mordiendo por todos los sectores y ahogando al portador de la pelota. Fedor y Maldonado complicando esa línea de 3 incaica. Hasta que, cuando parecía finalizar el primer tiempo sin abrir el marcador, pese a que hubo situaciones para ambos, Seijas perdió en la presión el balón y dejó al equipo desbalanceado. Cruzado lo ubicó a Chiroque, que con su velocidad vertical lo encaró a Rey, y como no vio el hueco para desbordarlo, se la cedió a Guerrero, que lo encaró a Vizcarrondo y mandó un centro arco que por el segundo poste la desvió el propio William Chiroque, que la empujó de zurda.
El complemento tuvo, además de mucha entrega en lo físico, y roces constantes entre medio equipo caribeño y Guerrero, y entre los cuales Tomás Rincón se le arrojó muy mal con los pies para adelante a Lobatón, y el colombiano Roldán le sacó la justificada roja, viendo después que el jugador peruano no podía continuar en campo. Ese hombre de menos, sumado a al apuro por tratar de conseguir la igualdad, dejó claros a espaldas de los volantes, y un margen de maniobra para Guerrero y compañía en tres cuartos de cancha.
Un goleador de raza, con estirpe, guapeza, y una calidad explotada al máximo esta tarde. El gran Paolo, que se llevó a la rastra a todos los defensores rivales, aguantando el balón cuando su equipo necesitaba un desahogo ante tanta rispidez venezolana, merecía su premio en las redes. Otra contra que encontró una parcela de terreno fértil para que el 9 picara, habilitara a Chiroque ante Vizcarrondo, que le cedió el tanto al hombre del Hamburgo, que esperó que Renny Vega se arrodillara y le rompió el arco seco arriba.
Así es el fútbol,  demostrando una vez que, los músculos, las piernas, y los pases no son nada si no se hacen con inteligencia. Un juego en el que sólo lo más inteligentes predominan, subsisten. Venezuela igual fue. Consiguió el descuento a través de Juan Arango, que se filtró por el centro del área y definió de zurda al primer poste de Fernández.
Pero, los últimos 5 minutos fueron de él. Del grandote que de torpe no acusa recibo, y que se banca cualquier situación. Paolo, El Guerrero. Carácter indomable, una fuerza europea pero con sangre latinoamericana. Su segundo gol fue el remate de la faena. Todos iguales, bajo el mismo sendero. De contra, aprovechando los quedos defensivos del rival, y dejando que el máximo artillero de la copa lo enfrentara a Vega y se la cruzara. El hattrick, luego de un pase de Advíncula, que se encargó de matarla de un balazo con el pecho y volver a rematar a Vega.
      



IVÁN ISOLANI
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