23:48 CALIDAD POR SOBRE EL ORDEN



Desde el sentirse menos, se jugó este partido de vuelta. Creídos que lo ajeno tenía las armas más cargadas y filosas, se plantó la bandera argentina desde la pelea y la lucha táctica. Correr y ordenarse a través del equilibrio fue la premisa, pero en el complemento, la merma sensible que te da el trajinar en un clima cálido y húmedo, sumado a que tintinearon en los momentos justos las piezas de desequilibrio, permitieron que Brasil se impusiera por 2 a 0 en Belem.
Las acciones fueron parejas, medidas milimétricamente. Porque Brasil, contrario a lo previsto, elegía con mucha pausa y sin apuro los caminos por dónde ir avanzando. Con la natural subida de ambos laterales a posiciones ofensivas, pero sin ser punzantes ni terminar desbordando. Como la línea del balón le era esquiva a Ronaldinho, el que se retrasaba era Neymar, pero de tan abajo que llegaba, perdía efervescencia a 50 metros del arco de Orión.
Los nuestros eran ordenados, el hit de moda cada fin de semana en nuestros estadios. Rigor y contracción a la hora de moverse en bloque para retroceder y ubicarse un aparato defensivo por detrás de la línea referencial del balón. La experiencia de Guiñazú y la claridad de Tito Canteros para ser, desde su desdoble para recuperar y contener, y una vez logrado esto, ser los hombres de visión y decisión para los destinos del circuito de fútbol.
No se logró ser vertical, porque el biotipo de equipo pedía mayor equilibrio y no tanto el vértigo, medioambiente en el cual saben desempeñarse mejor las individualidades verdeamarelas. Siendo inteligentes y no concediendo claros para una posible maniobra rápida, ese orden como concepto se tradujo en una primera etapa intensa desde lo físico, con mucho desgaste para doblar las marcas y no quedar rengos en la transición.
Ya el complemento tuvo otra tónica. La línea de volantes nuestra se paraba bien hundida en propio campo, más pegados a los 3 centrales. Y de la primera chance argentina, a la ráfaga brasileira tan temida. Había subido muy bien Pillud, aprovechando la vocación de Cortés para ir y no retornar, y de esa situación que Jefferson sacó al córner. De ese envío, plagado de camisetas albicelestes en área rival, le sacó máxima rentabilidad Lucas, que tras recibir en la mitad de cancha, aprovechó su velocidad para dejar atrás a Domínguez como única oposición, y definir cruzado ante la salida de Orión.
El calor y la humedad, la máxima exigencia para neutralizar los buenos elementos del Scratch, naturalmente hicieron mella en las piernas nacionales. Obligados a salir en busca de la igualdad, mostraron que el esfuerzo realizado en la primera etapa no fue gratis. Las ganas de Augusto por derecha, en tándem con Pillud, fueron los argumentos más peligrosos a la hora de atacar.
El segundo gol llegó en un momento límite del partido, cuando Neymar y Dinho comenzaban a firuletear más de la cuenta. Un desborde por el lado de Pillud y Cellay de Fred, que mandó el centro para la entrada de Neymar, que la empujó como pudo ante el cierre de Papa y la estirada de Orión. Diferencia no sólo en el tanteador, diferencia de velocidad y de nivel de las estrellas, que desequilibraron en el momento justo y marcaron a tendencia del encuentro.




IVÁN ISOLANI