21:15 TOMÁNDOLE EL GUSTO A LA DERROTA



Si no las hace las gana. En este caso las pierde. San Lorenzo no puede con su andar. Lo supera. El microclima les viene jugando una muy mala pasada. Nervios, histeria, poca definición,  y un plantel revuelto por el Turco Asad de arriba abajo,  son algunos de los contribuyentes para afirmar que la situación no es la mejor. Un equipo sin rumbo que se encuentra con esta derrota sin comerla y sin beberla y que cae en zona de promoción.
Por ambición y expectativa, el dueño de casa asumió, como corresponde, el papel protagónico en el inicio hasta que de a poco se fue quedando sin argumentos. Con Kalinski cortando y multiplicándose para copar la mitad de cancha, y ser el socio invisible para que Ortigoza se ocupe de los menesteres distribuidores. El ex Argentinos, hasta que el equipo se dejó de procrear situaciones a favor, fue el comandante en jefe en la parcela más central del Gasómetro, siendo el estratega que visionaba cuándo, cómo y por dónde profundizar.
Un comienzo que pudo haber cambiado el rumbo del partido, de no haber sido por las apariciones de los palos. Primero, un anticipo de Tula en lo más alto ante la mala salida de Cambiasso y su cabezazo se estrelló en el palo más lejano, y luego un tremendo remate de larga distancia del Puma Gigliotti, que reventó el travesaño. Pero, a medida que ambas estructuras medulares se fueron arraigando en el terreno, All Boys corría más en pos de cortar los avances del Azul Grana, con mucho trabajo para los dos de los costados, Sánchez y el uruguayo Rodríguez, que debían regresar en funciones para cooperar con Barrientos en el equilibrio.
Como en Bahía ante Olimpo a la media hora de juego, perdió San Lorenzo a un hombre importante. Una entrada brutal por la forma en que se tiró al piso Gigliotti, y por haber llegado un segundo tarde ante Sánchez, Pitana, que lo había amonestado sin mucho sentido a los pocos minutos de arrancado el encuentro, le mostró el camino de salida correctamente. De la clara superioridad santa, a los mismos nervios y temores de siempre. Y más cuando, a los 38 minutos, un centro desde la diestra del zurdo Rodríguez, que Bottinelli peinó en propia puerta para marcar el autogol. ¿Justicia? Desde el trámite no, pero los minutos y los propios jugadores cuervos, se auto gestionan sus propias maldiciones y percances.
En el complemento, San Lorenzo salió a no especular. Arrastrando ese hombre de menos, proyectó más al pibe Adrián Martínez, liberó al pulpito González para que se junte más con el Bernie Romeo, y no dependió tanto de Ortigoza para diagramar el circuito de fútbol. All Boys tampoco sostuvo su postura conservadora, se desprendió de los 4 volantes en línea para jugar con Zapata a espaldas de Kalinski, y dejar que Barrientos sólo tuviera espacios para ser el primer pase.


IVÁN ISOLANI
abetsen@gmail.com