Boca terminó el torneo como lo había soñado. Lejos estaba Papa Noel allá por Agosto, pero la cartita ya estaba escrita, y con varios deseos para lo que iba a venir. Un equipo sólido, ganar y lograr esa granítica mística desde atrás hacia adelante, conformando un todo que supere cualquier fuero individual. Hoy, en la última fecha del torneo, con la copa en alza, distendido y sin más que completar un semestre espectacular, le ganó a All Boys por la mínima, mantuvo el invicto y quedó como el equipo con menor goleo en contra en torneos cortos. Una fiesta la Bombonera, que homenajeó a todo el plantel, incluido un hijo pródigo, Sebastián Bataglia.
Por las condiciones previas, éste era el encuentro para ir sobre el invicto Xeneize. All Boys, necesitado de sumar, podía encontrar en la resaca del campeón algunas concesiones obvias. Las tuvo, pero por impericia en la definición, no pudo sacarle el jugo. Boca no tuvo necesidad de acelerar y dar su máximo potencial, le bastó con tener la pelota sin mucha pretensión, y, cuando podía, cambiar el ritmo y ser vertical con alguna ruptura desde la zona media.
El encuentro fue una excusa para reunirse el público boquense. Para agasajar al plantel. El encuentro fue chato, con All Boys bancando y tratando de refugiarse en su mitad del campo, todo potenciado cuando se quedó sin el uruguayo Rodríguez, expulsado tontamente. De ahí, 2 líneas de 4 reposando en las inmediaciones del área de Cambiasso, y sólo Matos para buscar la heroica.
A los 33’, cuando Boca tenía la intención de ir, pero sin las ideas de cómo hacerlo, Erviti pinchó un pase tremendo para Darío Cvitanich, que le ganó en el pique inicial a los centrales, y direccionó su cabezazo al palo más alejado de Cambiasso. El goleador, uno de los que encontró en pleno trayecto el equipo, apareciendo en la última parte del certamen para marcar goles importantes.
IVÁN ISOLANI
isolani.ivan@gmail.com
Por las condiciones previas, éste era el encuentro para ir sobre el invicto Xeneize. All Boys, necesitado de sumar, podía encontrar en la resaca del campeón algunas concesiones obvias. Las tuvo, pero por impericia en la definición, no pudo sacarle el jugo. Boca no tuvo necesidad de acelerar y dar su máximo potencial, le bastó con tener la pelota sin mucha pretensión, y, cuando podía, cambiar el ritmo y ser vertical con alguna ruptura desde la zona media.
El encuentro fue una excusa para reunirse el público boquense. Para agasajar al plantel. El encuentro fue chato, con All Boys bancando y tratando de refugiarse en su mitad del campo, todo potenciado cuando se quedó sin el uruguayo Rodríguez, expulsado tontamente. De ahí, 2 líneas de 4 reposando en las inmediaciones del área de Cambiasso, y sólo Matos para buscar la heroica.
A los 33’, cuando Boca tenía la intención de ir, pero sin las ideas de cómo hacerlo, Erviti pinchó un pase tremendo para Darío Cvitanich, que le ganó en el pique inicial a los centrales, y direccionó su cabezazo al palo más alejado de Cambiasso. El goleador, uno de los que encontró en pleno trayecto el equipo, apareciendo en la última parte del certamen para marcar goles importantes.
IVÁN ISOLANI
isolani.ivan@gmail.com
A mi me parece que el futbol argentino es de los mejores del mundo.