22:33 IMPUSO SU FÚTBOL

Sólido en lo suyo, contundente y consciente del cómo y del cuándo hacerse fuerte y sacar pecho, el Inter de Pepe Mourinho pegó primero, y venció 3 a 1 al Barcelona por la primera Semifinal de la Champions League. Messi en off, Diegol Milito on(fire).
En el inicio, el conjunto italiano, agrupado y replegado en su campo, buscó unir sus líneas, involucrando y dispersando su gente para no dejarle engendrar la telaraña de juego al conjunto Culé. Impuso una presión en base al desgaste, al constante entrar y salir de sus defensores y medios interiores para contrarrestar la movilidad y la falta de referencias que proponen los barcelonistas.
Como variante táctica, Messi no se ubicó recostado por el carril derecho, sino que tendió a ubicarse por el centro, a espaldas del tandem Cambiasso-Motta, y hacerle compañía al solitario Ibrahimovic entre la saga central. Pedro, -en los papeles, extremo por la izquierda- se corría hacia el otro sector para armar sociedad con Dani Alves, y ofrecerle el terreno y la sorpresa a Maxwell a espaldas de Eto’o y en el mano a mano con Maicon.
Desde esa salida, y la espalda de Eto’o que no fue cubierta por un Maicon demasiado en la ofensiva y poco en la trinchera. El lateral del Barcelona surcó sin oposición rompiendo la defensa mal parada y volcada en ataque, y habilitó la diagonal hacia el centro de Pedro, que la cruzó de zurda al palo más lejano de Julio César.
Los de Mourinho ya no se disponían a contrarrestar los movimientos del rival, sino que sólo corrían para tapar agujeros y entorpecer su circuito de juego tan claramente establecido del Barcelona.
Ambos, sin volantes por los carriles de pura cepa, sufrían porque debían adelantar a los laterales, y en muchos tramos quedaban mano a mano en defensa. Milito, inteligente pivoteando y proponiendo ambiciosas diagonales para abrir el cerrojo en la cueva, aguantó y descargó para que Sneijder, aprovechando que los volantes no retrocedieron a tiempo, y que Dani Alves tuvo que cerrarse hasta el punto del penal, estampando la igualdad.
Las diagonales de Milito fueron durante todo el partido, un problema para la dupla de defensas. Muchas veces, al tener que ocupar los espacios para armar las bandas a la línea de medios, Piqué y Puyol tuvieron que moverse del centro y tapar espacios a sus costados.
Ni bien comenzado el complemento, Diegol vio un trecho a espaldas de Maxwell – de doble falla en la jugada- y picó en soledad, y como en el empate de Sneijder, vio venir a Maicon como loco tocando pito y reclamando el centro atrás, y éste definió cruzado. Error del lateral barcelonista, que no cubrió su zona por salir atraído por la presencia de Eto’o lejos, y tampoco estuvo presente al momento de tapar la escalada de Maicon.
Un Inter contundente, un Barça a cuentagotas y acusando factura del trajinar del año calendario. El equipo de Mourinho –físico si los hay- demostraba un plus extra ante otro que de apoco perdía la presencia y la esencia. Porque Messi no se hizo presente rompiendo a espaldas de los volantes, Keita no supo cómo oficiar de Iniesta, y Slatan Ibrahimovic quedó muy sólo ante 2 o 3 rivales.
Mermado en lo físico, en directa proporción con su constante e inquieto despliegue, comenzó a crecer el manejo de Motta, la salida de Maicon y el gran aporte sin el balón de Milito, una verdadera amenaza para el adelantamiento de los defensas blaugranas. El punta, tuvo su coronación en la red, empujándola luego de un cabezazo de Sneijder.



IVÁN ISOLANI
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