22:40 TAN POCO PARA TANTO FÚTBOL

Cuando no se puede jugar bien y llegar como consecuencia directa a estamparlo en el resultado. Una pelota quieta o un remate desde afuera del área pueden ser solución. A eso apeló el Bayern Munich hoy ante el Lyon, ganándole 1 por 0 por el partido de ida de la otra Semifinal de la Champions League.
Robben, zurdo por la derecha y Ribéry, diestro por la izquierda fueron una clara intención de ensanchar el juego para alimentar a los tanques dentro del área.
Un propuso –limitadamente- y el otro esperó. El Lyon le concedió campo y pelota y se abroqueló firme, involucrando a todos sus hombres en cancha detrás de la línea que dibujaba el balón. Lisandro, un espectador de lujo.
El Bayern, rotando sus muebles por todo el comedor, buscando algún desmarque o alguna diagonal del terceto que se ubicaban por detrás de la única referencia en el área, Ivica Olic.
Pero no se le daba. No por contundencia en la marca o la poca cantidad de espacios otorgados, sino que ningún jugador sabía fehacientemente qué hacer con el balón, y tampoco rebeldía a la hora de buscar huecos libres u ofrecerse como opción de pase.
Sumado a eso, la irresponsabilidad de Frank Ribéry, que desde su habilidad lanzado en carrera pocas soluciones ofreció, y encima le fue mal al Licha López y lo terminaron expulsando. Un síntoma de la impotencia que evidenciaba de cuerpo y alma los escasos argumentos del conjunto germano.
En el entretiempo, van Gaal movió el tablero y, con la entrada del ucranio Tymoshchuk y liberando del orden y la rigurosidad del doble pívot interno a Shweinsteiger y lo puso de Ribéry, bien pegado a la línea haciendo la banda.
El conjunto francés, igual todo el encuentro. Pálido, callado y estático sin soltar lazos para probar a la defensa bávara. Lo cierto es que nunca quiso tener el balón, sino que le trasladó la responsabilidad y el problema de qué hacer con ella al Munich. Y mucho menos propuso cuando Toulalan, enojado por la primer amarilla, reincidió y dejó a los suyos disminuidos.
En la media del complemento, Robben se instaló por el centro del campo y, se animó a probar desde lejos. El resultado, un remate que bananeó en su trayectoria y que lo agarró pasado al arquero Llorís y marcó la única factura del encuentro. Ante tan poco mérito, el ganar fue un consuelo, y que el rival no haya convertido de visitante, la combinación perfecta.




IVÁN ISOLANI