De ida y vuelta, con situaciones para que ambos lo ganaran, pero todo a cuesta de equipos largos, un retroceso tardío y sin cubrir las grandes porciones de espacios de maniobra, que mostraron tanto Godoy Cruz como Racing Club. Jairo Castillo había adelantado al local, pero casi al final de la primera etapa, Iván Pillud marcó un soberbio zapatazo cruzado, que se estampilló en el ángulo superior de Torrico.
Con la contundencia que no tuvo ante Vélez, Godoy Cruz amanecía en este encuentro con más tino a la hora de concretar en los últimos metros todas sus buenas intenciones. A los 6 minutos, Villar rompió con la presión de los volante racinguistas, y la ceidó para Carranza, que lejos de la línea del fondo, atrajo a Aveldaño y puso un delicioso pase en cortada pata Jairo Castillo, que se tomó el preciado tiempo para acomodarse para su diestra y eludir a De Olivera en la misma acción, y definió al arco sin oposición.
Tras la apertura del marcador, la mitad del campo se constituía como un sector de tránsito, con amplio margen para que ambos mediocampos pudieran disponer a su antojo, de sus circuitos de juego. Detrás de los volantes de contención, tanto Gio Moreno para la visita, como para Carranza por el Expreso, porque la vuelta no era mecanizada, sumado a la tentación de adelantar líneas, terminaba haciendo a los dos equipos demasiado largos, y el ancho del terreno les complicaba la faz defensiva.
El encuentro era intenso, de ida y vuelta, pero mal jugado. Por esas imprecisiones es que las chances abundaban. Podría haber ampliado el Tomba con el Péndulo Castillo, pero su mediavuelta impactó de lleno en el segundo poste, y en el rebote, el propio moreno no hizo pie para rematar a De Olivera. Respondía la Academia, con un centro de Toranzo para que Martínez cabeceara de emboquillada y la pelota pegara en el travesaño, y casi en la línea del gol, Claudio Bieler no pudiera empujarla más que defectuosamente con la rodilla y le terminara pifiando al arco.
Marcaba 41 minutos el reloj cuando, Iván Pillud se armó un jugadón por su lateral, y sin la oposición firme de Rojas, que se fue imantado por la diagonal de Toranzo hacia el medio, llegó hasta el vértice derecho del área grande. Con un pie a pie se sacó la marca del stopper de encima y clavó un tremendo golazo al ángulo. Racing empardaba la faena con una genialidad del marcapuntas diestro.
En el complemento, el trajinar fue pesando sobre los 22. Fernández ya no hacía tanto el doble trabajo de ir y volver, lo mismo con Villar por el centro, y arriba Hauche y Carranza fueron perdiendo efervescencia.
IVÁN ISOLANI
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