22:38 MUY JUNIORS ESTE BOCA


Cómo pretenden ser ofensivos, lastimar al contrario, si se jactan primero de no ser lastimados y ofendidos. Es una incoherencia más inverosímil, como creer que no hay hambre en el mundo.
Conservadores, ordenados de Pe a Pa, se preocuparon más por construir una industria de la destrucción de lo ajeno, que de lavar sus caras en lo que va del año. Romper con las eventuales sociedades productivas y posibles generadoras del fútbol del contrincante, hombres preocupados por no salirse del libreto, que sólo en la letra chica decía que, dentro del permitido de la semana, estaban las situaciones de gol.
Más para atrás y bombearla larga, que hacia delante y por los costados. Ambos 4-4-2 no usaron sus fértiles raciocinios al servicio de una sideral mejora del espectáculo. Erviti, demasiado cómodo a la izquierda de Battaglia, más como un lanzador de bochazos que un generador. Ramírez, un mago de trucos oxidados, se movía lejos de Moralez, su coterráneo, y en vez de tratar de juntarse con pases de banda a banda, con la actual versión amarrocadora del Xeneize made in Falcioni, utópica empresa.
Silva y Palermo, dos islotes alejados del todo. Desabastecidos, o mal buscados, se los comían los recios del fondo. Cuando el único merecimiento posible era mantener al rival alejado y a las defensas gordas y extasiadas de balones recuperados. Una pelota parada, exclusiva acción viable en ofensiva, era capaz de quebrar la mediocridad de un, a priori, duelo de necesitados. Ortiz saltó más alto que todos por el segundo poste, y la colocó a la ratonera, el punto débil de cualquier arquero, y más de un García con los tobillos aferrados al piso con cemento.
El complemento fue un cúmulo de errores de Vélez, que sólo así le proveyeron al light conjunto de Falcioni acciones para lograr el empate. Mouche, errático, definiendo con su pierna derecha, le dio más vidas a un Fortín que se dedicó a especular con la ganancia, y ocultar lo más que podía su merma en lo físico. Erviti nunca fue mandamás en la creación y en la circulación, sí lo fue el gran Chapa Zapata. Preciso, coherente en cada uno de sus intervenciones, era el iniciador de los movimientos en ofensiva, y el primero en dicta cátedra para ordenar a sus compañeros para defender.



IVÁN ISOLANI
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