18:04 CHOCHO BATISTA



Los errores, los desacoples normales ayudaron a que este partido de carácter no oficial tuviera muchas emociones. Un 4 a 2 que no refleja desde el trámite un juego jugoso desde lo elaborado, pero sí algunas perlas individuales que suman porotos de cara a lo que vendrá. Pruebas, ensayos, aciertos y desaciertos por lado. Un doblete de Hauche, Federico Fernández de cabeza y Enzo Pérez marcaron para la nacional, en el estadio Centenario del club Sarmiento de Resistencia.
A los 9 minutos, esa fórmula de extremos anchos, que encuentren vías laterales y sean los encargados de ser profundos cuando el balón va por su sector, o intenten culminar la jugada dejando el costado para aparecer por el centro sin dar referencias. Rinaudo lo buscó a Enzo Pérez, que con metros a su favor para la maniobra, pudo progresar hasta que, ya dentro del área, terminar enviando un centro que encontró al otro ala, Gabriel Hauche, que por detrás de los centrales rompió por sorpresa y cabeceó esquinado para abrir el marcador.
A los 14', la falta de trabajo promulga los errores. No de concepto, sino estructurales de cada equipo. De un córner mal ejecutado desde la izquierda, la defensa no tomó en la segunda jugada, dejando al goleador Pablo Zeballos fuera buscando el momento para darse vuelta, y finalmente, cuando lo hizo, se desvió en la marca de Pillud, y terminó descolocando a Carrizo.
Lamela casi siempre de espaldas y desconectado de la sintonía del resto, Chávez y Valeri, los ejecutores de hacer entrar en juego desde su movilidad siempre por los albores del centro, a los laterales en cada ataque y de intentar buscar la profundidad con los extremos. Pero, todo eso necesita del aceite, de la sabia de las millas recorridas. Mientras tanto, el posmoderno recurso de la pelota parada. Un buen pateador como Valeri, y un ropero como el Fede Fernández para sacarse de encima a su marcador,, y establecer el 2 a 1 parcial.
Tras el gol, se vieron los mejores minutos de la nacional, porque el Pochi le agregaba a su despliegue físico el buen contacto y tratamiento del balón, Rinaudo era el pulpo que estaba en todos lados para hacer el trabajo sucio y además, ser criterioso en la transición defensiva a posturas ofensivas. El tercero fue un golazo de la albiceleste. Desde lo individual, porque Pillud armó un unipersonal, eludiendo a pura potencia al primero, y con un enganche al segundo, para ubicar a Hauche en el vértice del área chica, y definir como venía al primer poste. Y desde lo colectivo, tuvo falsos movimientos como los de Chávez, que se llevó la marca del volante para darle terreno llano a Pillud, y como los 3 puntas esperaban cerrados el envío dentro del área.
Tocado en su orgullo, el combinado Guaraní, con la corridas por derecha de Gaona Lugo frente a Monzón en el mano a mano, intentaba concretar ante algunos desacoples en el retroceso argentino. Pudo arrimarse en el score, mediante un cabezazo de Elvis Marecos, que se anticipó a Rinaudo y la clavó pegadita al palo con potencia. Carrizo, nada para hacer.
Cuando Argentina apretó el acelerador, obtuvo ganancias netas. Pochi Chávez tiró un caño a Benegas para irse derechito a enfrentarse a Silva, y con poco resto definió un pif de zurda, que el arquero no pudo retener ante la presencia de Enzo Pérez, que no pudo con un ortodoxo taco, de espaldas al arco vacío, pero luego pudo girar y la empujó sin contemplación. Desde aquí, ya no fue partido.

 


IVÁN ISOLANI