23:09 DE LOS 0 A 0, EL MEJOR




Si hubiera sido un buen partido, no hubiera terminado empatado en 0. Pero, poniendo sobre el tapate el contexto y la coyuntura del escaso nivel mostrado hasta el momento, se puede decir que, por lo menos, paraguayos y ecuatorianos conjugaron –por ráfagas- argumentos interesantes en lo individual y colectivo. Ah, hubo situaciones de gol, oro en polo entre la malaria continental.
Paraguay es trabajo. Paraguay es un proyecto serio, Martino es un técnico serio. Este combinado guaraní, compacto, solidario, movilizado en un todo. Ninguno corre más que otro, todos ofrecen su pizca para componer una orquesta que da buenos conciertos. Todos se ponen el overol a la hora de retroceder y marcar, recomponiendo esas dos líneas de 4, que rara vez son vulneradas y tomadas a contramano.
Ortigoza es el capataz que distribuye tareas. Contribuía con Riveros en la contención, y también era el que hacía la transición del equipo a posiciones ofensivas, llevándole agua al molino de los puntas. Estigarribia, lejos de respetar a Antonio Valencia, le proponía un mano a mano y terminaba siendo el moreno del Manchester United quién le miraba el número en el dorsal al de Newell's. Y arriba, dos torres como Barrios y Santa Cruz, que iban en todos los tiros, escalonados para aguantar el balón y buscar la suya o bien descargar con los volantes acompañantes.
A partir de los 25', momento en el cual Paraguay mermó en el asedio en la mitad de cancha, comenzó Ecuador a equilibrar las acciones. Desde el doble pívot compuesto por Noboa y Castillo, batallando y mejorando en la calidad de los pases, los argumentos que hasta ese momento habían sido neutralizados y opacados por la labor del mediocampo paraguayo, empezaban a plasmarse en el verde césped. Edison Méndez se unía a los dos contenciones y le ponía su visión del juego para abastecer con mayor fluidez a Caicedo y Benítez en la ofensiva.
En el complemento, los goles podrían haber llegado, de no haber sido por las muy buenas intervenciones tanto de Elizaga como de Villar. El 1 ecuatoriano estuvo impecable en la primera etapa, cuando le sacó abajo un rebote a Ortigoza, y en la segunda etapa otra vez se arrojó a la "ratonera" para sacar al córner un cabezazo de Santa Cruz. Mientras que el portero Guaraní, interviniendo para hacer menos riesgosos algunos disparos de media distancia de Segundo Castillo.
De lo que se viene viendo, ambos seleccionados dieron muestras, ráfagas de buen juego, para dar el salto de calidad. Y entre tanta mediocridad, además de nombres, tanto Ecuador como Paraguay mostraron argumentos colectivos, formas y características imprescindibles para hacerse fuerte en torneos cortos como éste.

 

 
IVÁN ISOLANI