13:09 ARRANCÓ SIN ESPUMA




Espumosa la cerveza se toma cuando hace calor. Pero, cuando enfrente tenés un equipo que te ataca y que labura los 90 minutos, puede caer mal el trago. Le pasó a Quilmes, que había arrancado sólido con el tanto de Mansilla. Pero con un Cristian el Ogro Núñez óptimo, pivoteando y siendo decisivo en el ataque, el Boca de la B sacó a relucir toda sus virtudes ofensivas y los terminó goleando por 3 a 1. Caruso, reeditando el show con Laverni, polémico en el primer tanto del conjunto correntino.
El partido no salió del lote de los “ordinarios”. Poco juego por abajo, no aparecieron las asociaciones en ninguno de los dos para surtir la ofensiva. Como el conjunto correntino nunca desarmaba el tridente arriba, Quilmes no podía sumar a los laterales a la zona de volantes, e involucrarlos en la ofensiva. En el medio, Caneo y Mansilla con pocas chances de romper, porque tenían la obligación de regresar marcando tanto a Devallis como a Elvio Friedrich, que trataban de ser verticales y ofrecer por los carriles una vía de escape para poder llegar al centro y buscar al Ogro Núñez y a Visconti como referencias dentro del área.
De un lateral, máxima rentabilidad en todos los aspectos del juego. Falló en el despeje Leonardo Donatti, y pescando esa pelota sin dueño en el área chica, apareció Jacobo Mansilla, que persiguió la jugada y cuando pudo girar para su diestra, remató al Gato Sessa. La Cerveza comenzaba a jugar, y a detectar zonas y caminos por dónde hacerse fuerte. Fioretto no era el pulmón para abastecer a los puntas, y sí lo era tras el gol, el Peca Garnier. Caneo hacía la diagonal para engancharse por el centro y direccionarla circulación del balón. Devallis no retrocedía por su sector, cosa que notaba Mansilla, jugando y aprovechando el sector que había a espaldas del ex Talleres de Córdoba.  
A los ’35, cuando la paciencia de Boca Unidos estaba bordeando la banquina, una jugada polémica le guiñaba un ojo a la suerte del equipo de la dupla Medero-Marini. Un centro bombeado al segundo palo, que fueron a buscar Carli y Núñez por lo alto, y también Trípodi salió lejos a cortar, chocó con el punta correntino y cayó fulminado al piso. El rebote le quedó al propio Núñez, que sólo tuvo que mandarla al fondo de la red. Caruso y compañía enardecidos con Laverni, juzgando que había infracción contra el arquero.
Antes de la culminación del PT, previo a la ejecución de un lateral en ataque, el Loco Fioretto provocó la reacción de Caneo, que entró como un caballo y lo agredió ante la vista de todos. Laverni, cuidando otros sectores, recibió el apoyo del línea Sergio Viola, que le avisó y el referee le mostró el camino de salida al Chino.
Sin Caneo, a Quilmes le costaba darle utilidad a la movilidad del balón, porque Garnier no pesaba, porque por los costados no había soluciones, y arriba Vázquez se perdía entre los 3 zagueros correntinos. Encima, a los 7 del complemento, Aldo Visconti salió de su rango de juego, y por el sector derecho, sacó un centro al corazón del área que Gonzalo Ríos logró impactar en lo alto ante la marca de Joel Carli, clavando un cabezazo imposible para Trípodi. No había tenido mucha acción en el juego, pero en la primera, el chaqueño se metía de lleno y le daba un sopapo al Cervecero.           
Expulsado por torpe Sánchez Paredes, 10 por cada lado. Pero lo de Quilmes era todo forzado, más voluntarioso que por méritos futbolísticos. Boca Unidos elegía desarmar ese tridente arriba para poder conservar esta victoria. Y la Cerveza iba, descuidando la defensa y otorgando espacios para que Núñez pueda aguantarla lejos de Sessa. A los 37’, el recién ingresado Toledo, recibió casi en la puerta del área una cesión de Núñez, y como no pudo en la primera, en la segunda sacó un disparo que se coló entre todas las piernas y se le metió pegada al poste a Trípodi. Los pibes de las inferiores le daban frutos al Boca correntino.  



IVÁN ISOLANI
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