13:12 CHACA SUFRIÓ, PERO GANÓ



Resultado injusto. Pero a quién le interesa en San Martín que Chacarita haya jugado mal,  que haya sufrido más de la cuenta ante Desamparados en su remozado estadio, si en la tabla de posiciones, los puntos se quedan en casa. El Funebrero pegó de arranque, al minuto con Páez por la vía aérea. Pero lo cierto es que el equipo cuyano fue el que dominó en el trámite y tuvo mayor calidad de la posesión, pero no le alcanzaron las ganas para traducir esa superioridad en acciones de gol.  
Al minuto, una pel0ota parada de frente al arco de Giordano, que desde el envío de Centurión, Satanás Páez estaba sólo por el segundo palo, y girando el cuello y su porra platinada, la desvió para abrir el marcador. Quedará a criterio del árbitro Pablo Díaz juzgar, si Bastianini la remató antes que entrara, o si finalmente fue gol del defensa.
El gol fue una bocanada de aire en un encuentro que, desde la prematura ventaja funebrera, le dio potestad para darle seguridad al traslado del balón, siempre bajo la rigurosa presión y el difícil acceso que el conjunto sanjuanino disponía en la zona central del terreno.
Calgaro y Lamberti bancaban desde la contención, el ida y vuelta de Augusto Álvarez por el carril zurdo, ganándole la espalda a Dolci, y obligando muchas veces a Páez a tener que salir al costado para respaldar al lateral Piz. El gol achanchó a Chaca, y con el correr de los minutos, Desamparados y su intención de hacer del sector medio una aduana, fueron equilibrando la balanza, y hasta por momentos, con la visita haciendo méritos para merecer algo más.
El equipo local nunca dejó de sentir la brisa tranquila de la seguridad. Su río no conseguía aquietar las aguas, porque Raymonda navegaba intentando encontrar una zona en el campo donde poder planear la estrategia de abastecimiento para los puntas. Centurión sin explotar ni explorar su tándem, y con el pirata Carlos Herrera sin conseguir el botín, culpa asumida por el corsario de chaqueta violácea Giordano.
Desamparados, más habituado a su estructura y con más tiempo para naturalizarla y exponerla, en la mayoría de los pasajes mostró mayor cadencia a avanzar colectivamente, y por sendas transitadas anteriormente. La continuidad del trabajo se debatía contra ese “faltan 5 pal’ peso” de tres cuartos para arriba. Con eso, le alcanzó para arrear a un Funebrero apagado y hasta temeroso, que elegía cuidar su quintita y no apostar a cuenta de lo que no tiene ni le sobra.
Finalizó la cosa con una cara lavada de Chaca, que pudo haber ampliado ventajas, pero la impericia a la hora de concretar, no permitió que el resultado fuera más injusto. Porque, si hablamos de merecimientos, el conjunto de San Juan algo más mereció. Pero gana el que hace goles.   



IVÁN ISOLANI
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