19:44 BRASIL LO GANÓ CON MUCHA MAGNANO



Los rendimientos hablaban de una diferencia entre los nuestros y los demás. Pero este partido, por más que enfrentara a dos equipos con el check in listo para las semifinales del sábado, era un clásico y había que ganarlo como sea. Pero enfrente, no sólo estaba Brasil, estaba Rubén Magnano, mentor y casi ideólogo de todo lo que hoy podemos admirar de la Generación Dorada. Sólo él tiene la fórmula para contrarrestar el veneno. Y vaya que lo hizo. Su quinteto defendió sin conceder oportunidades a las estrellas nacionales, fue inteligente a la hora de hacer circular el balón, y además, tuvo coraje para dejar más que seco el marcador. Fue 73-71 para la Verdeamarela.
Brasil, comandado por Rubén Magnano, iba a mostrar una zona pintada dura, con el poder de fuego de Thiago Splitter en la lucha por los rebotes, para pelearle con la misma calidad al Luifa Scola. La otra batalla la libraban los perimetrales. Ginóbili era más alto, pero Alex García más rápido y de esos chiquititos que hacen fuerza desde la tozudez y la voluntad. Delfino emparejado con Marcus Vinicius, un duelo más favorable para el alero brasilero, de un papel muy cualitativo en el caudal de puntos de media y larga distancia.
Con la tempranera lesión del Chapu Nocioni, Lamas tuvo necesariamente que variar la estructura del quinteto. Perdió la fuerza del Toro santafecino, pero ganaba con el Yacaré Kammerichs versatilidad y ganas. Justamente, en momentos en donde la fluidez del balón no era del todo limpia, forzada notoriamente por el trabajo físico del quinteto de la Canarinha, debió salir a flote el corazón y el empeño por no desesperarse.
La presión encima que Marcelo Huertas cometía al base nacional, era todo un indicio de no permitir que la bola rotara con sencillez, y que no pudiera ser abastecido Scola sin tener, por lo menos, a Rafael pegado y la colaboración de algún perimetral en esta defensa al hombre hundida que diseñó Magnano para bajar el score.
Manu siempre fue bien encimado con y sin pelota por Alex, más el buen trabajo tanto en ataque como en defensa de Marcus Vinicius, que aportó por todos lados: puntos, defensa, rebotes y mucha intensidad en la transición. Con el abanico de variantes disminuido, se vio por momentos grandes deficiencias para concretar los ataques por sobre la oposición verdeamarela.
Brasil, en cambio, encontraba en su base, Marcelo Huertas, la elegancia y la sencillez para elegir siempre bien el destino de la bola. Cuando Splitter no estuvo en cancha, Rafael fue más una solución para aportar en ambos tableros, al igual que Marcus Vinicius. Cosa que los nuestros no tuvieron, eficacia, efectividad para siempre tener una opción más a la jugada.

IVÁN ISOLANI