13:13 CON LA CABEZA TELECHEA


No. No es un chiste de doble sentido. Es un dato objetivo. Y vaya que ese gol del ingresado Fernando Telechea le puso coto a una pulseada que, por méritos y por convencimiento de una idea, no debía quedarse con las manos vacías. River se vio superado en muchos pasajes por el armado planificado por Caruso, t en una de las pocas ocasiones netas, facturó a través de Cavenaghi.
El DT Cervecero, advertido de que la zona media, River la adopta como su búnker de operaciones, optó por reforzarla para, como primera medida, obstaculizar la circulación del balón que hacen los volantes millonarios. Todos tapados y con marca menos Nico Domingo, desde esa premisa, Quilmes no sólo que cauterizó el accionar de Aguirre por el centro y de ambos carrileros, también lograba de espacios y concesiones en la transición a posiciones defensivas de la Banda Roja.
Hasta aquí, el plan funcionaba. El problema radicaba en cómo utilizar el balón tras el primigenio esfuerzo por hacerse de él. Los volantes externos fundieron biela entre el sacrificio del ida y vuelta con sus marcas. Garnier peleó más de lo que fue un eslabón claro para purificar cada salida, y Caneo se apagaba más rápido de lo que se lograba prender.
A partir de esa inconclusión y de un desgaste lógico en lo físico, River hizo pie. Nadando estilo perrito, fue de a poco involucrándose en el biotipo de partido, y a disputarlo más eficientemente. A los 38’, en la primera situación neta, Martín Aguirre explotó su calidad para, en milésimas de segundos, hacer conexión con el movimiento en diagonal que Cavenaghi le marcaba del centro a la derecha. Aprovechando el achique de la defensa, el 9 tuvo tiempo de mirar a Trípodi y fulminarlo con una volea cruzada. Chau bronca y un gran desahogo para el goleador millonario.
Ya en el complemento, y con el plan de esperar trunco, la Cerveza debió adelantarse en el terreno, y encontrar en la inteligencia, los caminos por dónde vulnerar al rival. Tomó la posta del protagonismo, cedida gentilmente por River, pero le seguía pesando el destino de la redonda. Su utilización.
Transcurrieron los minutos y las formas se fueron discurriendo. Entrando en el cómo sea, tentaban los bochazos aéreos ante un andamiaje Millonario que, cuidando el resultado, no se ponía colorado a la hora del rechazo.
En el primer minuto de adición, cuando ya el Centenario era pura tensión y nervios, un córner de Chirola Romero que cayó casi en el punto penal, donde Fernando Telechea, sólo y armado para la definición, sacó un cabezazo letal para las aspiraciones de Chichizola. Quilmes no merecía perderlo, y los 3 puntos para River eran demasiado premio.




IVÁN ISOLANI