16:59 NO SE PRENDE


Simple, sencillo. Claro y sin vueltas, Argentinos no mostró nada nuevo ni más de lo que no tiene. Con sus armas, siendo estructurado y sacándole máxima rentabilidad a los momentos del partido, venció 3 a 1 a un Vélez inexpresivo, carente de forma y encima, que perdió a varias piezas para lo que viene, el duelo con Boca en Liniers.  
La disputa principal radicaba en prevalecer sobre el otro en el círculo central e inmediaciones. Para eso, contribuían Cerro y Zapata por el lado fortinero, contra Basualdo y Sbrum como primera línea de barricada, y por detrás barriendo espacios el pibe Gaspar Iñiguez.
A partir de los 25 minutos, el tucumano Hernández comenzó a entrar en la circulación de la pelota, y con eso mejoró el sentido de la utilización que el Bicho colorado le dio a su zona de volantes. Vélez, con la posesión, había provocado fisuras y dudas al andamiaje defensivo de Argentinos, sobre todo cuando alguno de los dos de arriba, Martínez o Ramírez, se volcaba por la izquierda para armar una sociedad con Cabral y atacar a Prósperi. Esa permanente movilidad e inquietud de los delanteros, era motivo de preocupación para la zaga de centrales del Bicho, estática y sin referencia para tomar.
Cuando la simpleza de Iñiguez para sacarse los nervios del debut cortando y enseguida tocando en corto, Basualdo y Sbrum laburando con y sin la pelota para cortar los circuitos del primer pase velezano, le dieron al Bicho los argumentos básicos y sencillos para, además de disputar la tenencia de la pelota con mayor intensidad, poder usarla mejor buscando los metros entre la espalda de Cerro y la posición de los del fondo.
El gran ausente había sido Salcedo, demasiado estaqueado entre Domínguez y Tobio, y con poca participación para generar opciones de gol. Se guardó su mejor intervención  para la última jugada del primer tiempo. Barzola inició la maniobra en libertad, sin el retroceso de Bella para tapar y sacando de la cueva a Gastón Díaz, para habilitar el pique al vacío de Hernández, que mandó el centro por lo bajo para la entrada de Sa-Sá por el segundo poste, que alcanzó a anticipar con el revés de su pie derecho a Papa en su cierre para meterla en lo alto del arco de Barovero.
Más aplomado, gozando del resultado a favor, la producción de Argentinos creció notoriamente en el complemento. Mostrando sociedades a la hora de retroceder y marcar, y también para salir rápido de contra y sacarle el jugo al adelantamiento de líneas de Vélez. A los 10`, ya con un desequilibrio notorio entre los que iban y no retornaban, Oberman desbordó por derecha, y con un centro venenoso, encontró la pierna de Domínguez, que por el fondo venía cerrando desesperado, y la terminó metiendo involuntariamente.    
Gareca movió el banco. Adentro Augusto Fernández y el Guille Franco para darle más peso y verticalidad a la ofensiva. Y en la primera que tocó el delantero,  metió la cabeza a un centro del otro ingresado para marcar el descuento y encender la llama de la ilusión.
Eso no estaba en los planes del conjunto de la Paternal. Poco después, una conexión de calidad entre Sbrum y Basualdo dentro del área entre un mar de piernas, derivó en un penal claro de Barovero al propio Basualdo, y la expulsión del arquero por último recurso. Salcedo, sereno y sin apurarse, definió despacito y con sutileza al otro palo del ingresado Montoya.


IVÀN ISOLANI