22:33 PRIMERA DERROTA MILLONARIA



Ya hemos visto partidos como éste. Pero lo que cambia es el desenlace, el epitafio de la obra. River ya había coqueteado con la derrota, la primera e inédita en esta nueva categoría, pero siempre la bala picaba cerca, como suele decir Víctor Hugo Moralez. Esta vez, el resultado va de la mano con la mala tarde tanto individual como colectiva. Hoy al equipo de Núñez le salieron todas en contra de lo que intentó. Perdido en el terreno, no identificó la manera de salirse de la mala, y encima, cedió la punta del torneo para Instituto.
Es cierto que la labor de Aldosivi no fue mejor que la de otros conjuntos que enfrentaron al Millonario y lo tuvieron en jaque. Sí contó con el guiño del destino, por que hoy se vio el costado más oscuro y negativo del equipo de Almeyda. Opaco, desteñido, desabrido en todos sus costados y sus facetas, River nunca tuvo el dominio del trámite, pese a terminar regando el terreno de hombres con características ofensivas.
A través del aprovechamiento de los obvios y hasta alevosos espacios que el adelantamiento millonario concedió. Sólo Ledesma para bancar la parada en la mitad de cancha, y con los laterales subiendo sin retroceder con la misma contracción, Carrasco exprimió la espalda del Tano Bella para llevar mucho peligro al arco de Chichizola.
La apertura del marcador vino por la bendita pelota parada. Un córner bombeado que fue superando a todo el mundo, y encontró al pelado Iván Furios sólo, y con un buen cabezazo de sobre pique, superó la estirada estéril del 1 Millonario.
A partir de ahí, Almeyda desplegó toda su mano como DT para mandar al Chori Domínguez en el inicio del complemento, para juntarse con Ríos y con Cavenaghi y armar sociedades por detrás de la línea de volantes marplatenses. Hasta que, en una jugada que no reviste polémica, el juez Pablo Díaz vio lo que no se vio. Juzgó infracción de Furios sobre el Chori, cuando claramente el delantero pileteó ante la llegada del defensor. Cavenaghi se encargó de patearlo al medio para asegurar la igualdad.
Sumando hombres de corte ofensivo, el problema radicaba en cómo hacer la transición para replegarse con la misma intensidad con la que se buscaba la victoria. Y Aldosivi, con más premura por conservar lo obtenido hasta el momento, elegía mejor los momentos para romper con ese orden defensivo para salir disparado de contra.
A los 38’, otro córner que se fue abriendo, para que Walter Zunino anticipara a Bella y marcara el segundo y definitivo tanto. Sorpresa en el Gasómetro, alegría desmedida e incredulidad en los guapos que se vinieron desde la Perla del Atlántico para ver algo que sólo pasaba en la imaginación.
De esta manera, River recibió el primer cachetazo en la categoría. Una derrota que deja enseñanzas. Había subsanado falencias y evidenciado una mejora evidente. Pero, un tropezón, no es caída.


IVÁN ISOLANI