0:25 SOLIDEZ HACE A LA FUERZA



Sólido. Consistente. Contundente. Este Boca remendado demostró que las ausencias no hacen más que potenciar a los que entran. Con un renovado tridente ofensivo que se buscó toda la noche, y con la misma armada trasera para alejar los peligros del arco de Orión, el Xeneize pisó firme en Santa Fe y ridiculizó a un Colón tibio e inofensivo.
Firme, equilibrado, Boca demostró argumentos sólidos para estar donde está en la tabla de posiciones. En defensa, la presencia sola de Schiavi para bancarse al Bichi Fuertes, y de paso potenciar a Insaurralde a su lado, y cerrar expeditivamente siempre que Roncaglia tuvo que salir a tomar al pibe Mugni. Somoza bien plantado manejando los tiempos y los atajos del círculo central, coproducida la recuperación por el tractorcito Rivero, de incansable tranco para ir y también para ayudar en el repliegue.
Erviti, más cerrado que de costumbre para cederle todo el callejón a Clemente, oficiaba de nexo para los tres de arriba, que tuvo a un Pochi Chávez en su mejor versión, corriendo para marcar pero también siendo la manija y la batuta para distribuir y armar juego. Mouche, el revulsivo, ganó cada vez que atacó al marcador, y Blandi, de menos participación con el balón, tocó 2 y marcó el doblete.
El nivel de intensidad de uno, no fue el del otro. Colón arrancó, permaneció y finalizó apático, inhibido vaya a saber por qué razón. Bastia y Prediger no se establecieron como un peaje en una zona siempre de paso free para Erviti y cía. Los costados tampoco aportaron demasiada chispa para la fogata, y arriba, González y Fuertes perdieron ante el muro de concreto aceitado del Xeneize.
A los 14 minutos, Mouche encaró de la derecha al centro, y en el momento justo divisó que Chávez le pasaba por detrás suyo para picar al vacío, y antes que el balón se fuera, Pochi mandó el centro para encontrar a Nico Blandi sólo ante Pozo, y que éste marcara un típico gol de goleador en la puerta del área chica.
A partir de la apertura en el marcador, el equipo de Falcioni comenzó a justificarlo basándose en la simpleza colectiva para hacerse un equipo corto, donde las pequeñas sociedades en pocos metros se unían para ahogan rápidamente al portador del balón y salir con velocidad para aprovechar la liviandad en la ofensiva.
Mereció llevarse más, por trámite de juego, no tanto por situaciones. En el complemento, el doblete de Blandi fue un verdadero calco del primero. Esta vez, Mouche arrancó su periplo en la izquierda, trasladando perpendicular a la puerta del área, y a pura potencia se llevó a la rastra al uruguayo Lima para llegar al fondo por el sector opuesto, y encontrar otra vez al goleador Xeneize en libertad absoluta, definiendo con una palomita a quemarropa.
Las lesiones se sienten, pero no resienten el andar de un equipo que va engranando de cara a la recta final del torneo. Sin fisuras, calmo y con el libreto bien aprendido, se trae del ex Cementerio de los Elefantes más que 3 puntos. Se trae confirmaciones, nombres, voluntades y la certeza de que está para ir de a poco poniéndole el moño a un torneo que cada vez está más cerca.




IVÁN ISOLANI