23:47 SOBRE EL FINAL



Para saber lo que es ganar, primero hay que saber sufrir. Esa parece ser la conclusión que se lleva Vélez Sarsfield de esta serie ante Independiente Santa Fe de Colombia. Con lo justo, sin sobrarle nada, el Burrito Martínez cambió a los 46 minutos del segundo tiempo penal por gol para clasificar a semifinales. Dos caras en 90 reglamentarios: el primer tiempo de lo mejor, floreándose en base a la tenencia del balón y una presión asfixiante sobre el rival. Pero en el complemento, un tropezón fue caída, nervios, falencias desnudadas por el equipo bogotano.
La primera etapa fue excelente. Presionando sin dar respiros en plena salida del contrario, con un andamiaje colectivo óptimo o concediendo casi lugares por donde permitir avances del Independiente. Un doblete del Guille Franco antes de los 20’ hacían pensar que esta versión velezana era demasiado para la visita y sus tremendos problemas para darle sentido útil al balón.
Relajado y hasta confiado por lo expuesto en los primeros 45’, de arranque el conjunto cafetero sacó chapa y, a través del descuento del larguirucho Copete, sacaba la cabeza del pozo y comenzaba a desnudar rupturas del medio para atrás fortinero. Ahí sobrevinieron los nervios, la pavura por saber que un gol más del visitante obligaba al equipo a tener que salir a buscar el desnivel.
A los 25 minutos del complemento, Juan Vélez habilitó a Copete, que cuando parecía que era anticipado por Barovero dentro del área pero lejos del arco, alcanzó a puntear la pelota y el arquero se lo terminó llevando puesto. El juez chileno Ossés marcó el punto del penal entre un murmullo más de nerviosismo que de reclamo. El Pelado Omar Pérez, con un remate seco al medio, estampaba la tan temida igualdad.
Vélez se fue al humo. Bloqueado mentalmente para saber cómo, iba. Con Rescaldani plantado como torre al lado de Franco entre los centrales, buscó arrinconar al Independiente por ambas bandas, con las subidas de Papa y los desbordes de Augusto Fernández.
Pasado el tiempo reglamentario, un córner desde la izquierda que no supieron despejar, el rebote le quedaba de frente al arco a Augusto, pero en el momento del contacto con el balón fue derribado por Sergio Galván Rey. Otra vez Ossés protagonista, esta vez más discutible la apreciación. Juan Manuel Martínez, más anestesiado que activo en la segunda etapa, tuvo que ajustar la mira y colocarla pegadita al poste, porque la volada de Vargas fue casi perfecta.
Con apremios sobre el final cuando nada hacía pensar un desenlace así, el Fortín de Villa Luro cruzó el umbral de los Cuartos de Final en la Sudamericana. El destino hizo que encontrara la llave de la victoria sobre el final. Con vaivenes, el semestre le marca la pauta al equipo de Gareca que, sin tanta individualidad y con muchos altibajos, espera rival.



IVÁN ISOLANI